13.6.11

Ni Alemania ni pepinos

Los ganadores de la Feria del Libro de Madrid son los libros políticos y las librerías especializadas
La crisis no asfixia a la Feria del Libro de Madrid.foto.fuente:lainformación.com

La Feria del Libro de Madrid cierra su edición con una caída del 4% de ventas respecto al año anterior y una facturación de 7,95 millones de euros, en medio de opiniones encontradas sobre el éxito, o no, de la presente edición.

La fiesta de los libros del parque de El Retiro cierra sus puertas este domingo con opiniones enfrentadas. La organización de la Feria del Libro 2011 anuncia una caída del 4% de las ventas, respecto a 2010, y un volumen de facturación de 7,95 millones de euros. Sin embargo, son meros datos estadísticos. Los grandes triunfadores de esta edición, dedicada a Alemania en plena crisis alimentaria del pepino, fueron los libros políticos sobre la crisis y las librerías especializadas.

No en vano, surgen opiniones, como la de los libreros especializados, que hablan de un éxito sin precedentes en la actual edición de Feria del Libro. Los fines de semana vendieron el triple que los días laborables; pero también se ha visto público fiel de lunes a viernes, algo impensable antes de iniciarse esta edición.

"El año pasado, la Feria transcurrió durante un jueves Santo festivo, lo que supuso que tuviéramos algo así como un fin de semana adicional. Este año estábamos preocupados por ese motivo. Sin embargo, hemos superado la facturación con creces. La Feria se está consolidando, incluso en días laborables", explica Pilar Pérez, de la librería El Dragón Lector.

Por tanto, las librerías especializadas, aquellas que están en la denominada milla de oro de El Retiro, entre el paseo de Coches y la carpa cero, han sido unas de las grandes triunfadoras de la Feria. Los lectores ya tienen todo el año a la librería tradicional o a las grandes superficies. El Retiro les invita a curiosear entre establecimientos de más especialización, como los dedicados a la literatura infantil, cómics, gastronomía, literatura hispanoamericana, etc.


Libros revolución
Otros de los triunfadores de la Feria han sido los libros-revolución. Las acampadas juveniles en varias ciudades españolas, el descontento que recae en la clase política y la preocupación por la crisis económica han relanzado títulos como Indignaos, de Stéphane Hessel -a menudo agotado en algunas casetas- o la publicación coral de Reacciona, coordinada por Rosa María Artal.

"Stéphane Hessel ha conseguido que muchos lectores que antes no se habían acercado a las librerías –jóvenes, universitarios o personas comprometidas- ahora busquen Indignaos como lectura política. Lleva vendidos en España más de 400.000 ejemplares", asegura el director adjunto de la Feria del Libro de Madrid, Fernando Valverde.

Por lo demás, si tuviéramos que personalizar en un nombre propio como ganador de la Feria, quizás tendríamos que pensar en femenino. La afluencia de lectores en la carpa cero de la Feria dio el pulso de lo que sería la actual edición en estas tres semanas. Congregaron multitudes tanto Francisco Ibáñez, padre de Mortadelo, como el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

No obstante, una de las grandes vencedoras en número de firmas fue Isabel Allende con su nueva novela El cuaderno de Maya. La escritora chilena acumuló más de 700 personas en una interminable cola que duró más de tres horas. Una asistente personal de Allende le pasaba los libros para su firma con un post-it con el nombre del lector. Así se aceleraba el autógrafo.

En los comienzos de esta edición, el científico Eduard Punset, los escritores mediáticos Javier Marías, Rosa Montero o Manuel Rivas también se vieron arropados por la multitud de lectores. En el territorio de los best seller, Javier Sierra, María Dueñas o Eloy Moreno es posible que sufrieran agujetas durante los tres fines de semanas de fiesta libresca.

Éxito de la literatura infantil
Y qué decir de los niños, esos nuevos lectores bajitos. Ellos se han convertido en parte indispensable de esta Feria. Muchas librerías disponían de taburetes o pequeñas escaleras para que los más pequeños ascendieran hacia el mostrador de las casetas para curiosear entre las páginas de libros desplegables, cómics o títulos ilustrados. Quizás el ilustrador Alberto Corazón, autor del cartel de este año, tuvo una premonición con su escalera de color sepia.

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