5.10.10

Así ama un poeta

Se editan las cartas amorosas que el autor envió a Germaine Cahen

Detalle de un texto manuscrito de Jorge Guillén.foto.fuente:elmundo.es

La obra de Jorge Guillén (Valladolid, 1893-Málaga, 1984) es una de esas mecánicas celestes que se ensanchan con el tiempo, una escritura que se va revelando sucesivamente, amplificando así su decir y su misterio. Y no sólo en el cauce de la poesía, también en el ensayo ('Variaciones sobre temas de Jean Cassou') y en el epistolario (conocemos hasta ahora la correspondencia que mantuvo con Pedro Salinas y con José María de Cossío, entre otros).

Pero faltaba este otro perfil íntimo, sutil y humano de su vida, aquel que iluminan las 'Cartas a Germaine' (1919-1935)'. Un volumen que ahora publica Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, en edición de Margarita Ramírez y con prólogo de Guillermo Carnero.

Las casi 800 cartas recogen el nacimiento y consolidación de una relación excepcional a lo ancho de 16 años (Germaine Cahen murió en 1947). Y son una humanísima megafonía de los entusiasmos y preocupaciones de uno de los más intensos poetas de la Generación del 27, que es decir uno de los imprescindibles en la literatura hispánica del siglo XX. Guillermo Carnero explica bien en el libro la constante del amor en Guillén. "Este epistolario se une a su obra poética para confirmarnos que ese amor era para él concebido como una pasión universal rectora de la vida y del conocimiento, en la que convivían entrelazados todos los estratos y matices de la percepción del propio yo".

En uno de los muchos momentos febriles de estas cartas, el poeta (aún en francés, como en los 180 primeros envíos a Germanine) escribe: "¡Qué insuficiente sería la palabra alegría! ¡Qué falsa la expresión 'loco de contento'! ¡Esta emoción de la salida que no he empezado a sentir hasta esta mañana, me llena de una dicha grave -no solemne, no seria-. Sino cargada de una dicha tan plena, tan inminente, tan segura, tan próxima a convertirse en realidad -la realidad de estar con usted exactamente dentro de tres días-".

Sin duda resulta, todo por entero, una sucesión de voces y estampas conmovedoras, movidas por una escritura convocada desde la emoción y el enorme talento. Repleta de referencias a la vida literaria del momento, a la salvífica República, al empalagoso mundo académico -ése no ha cambiado--. El resumen de un "reiterado entusiasmo de la cratividad nunca interrumpida", como apunta Carnero. El otro perfil de una vida que reclama su espacio dentro del amor.

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