22.11.11

Literatura y violencia: hablan seis escritores

El próximo sábado arranca en México la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor cita literaria de la región
Ulises Juárez Polanco. Escritor nicaraguense. 25 secretos mejor guardados de Latinoamérica. FILG 2011. foto Jorge Mejia Peralta. fuente BBC Mundo.

Con motivo de su vigesimoquinto aniversario, la feria seleccionó a 25 jóvenes promesas de las letras latinoamericanas. BBC Mundo les propuso reflexionar sobre la literatura y la violencia en el continente.

A lo largo de la semana les ofreceremos textos inéditos de seis autores sobre las pandillas en las calles de Caracas, la relación entre las balas y las letras o el dolor del narco en Colombia y México...

Hoy comenzamos con Ulises Juárez Polanco, de Nicaragua.

México es un destino obligatorio para todo aquel que aspire a ser escritor (obviamente, digo escritor porque a eso aspiro yo, pero bien podríamos hablar de cualquier disciplina artística).

Como centro cultural no tiene nada que envidiar a otras ciudades de Latinoamérica, al menos hasta hace poco.

La violencia que vive México no es nueva, pero en los últimos años ha tomado ribetes desoladores. De la mano de las muertes y el horror llega la inseguridad y peor, el miedo.

Viví en México durante 2009, y viví en Veracruz; caminé por las calles donde este año ocurrieron las masacres de septiembre y noviembre. En estos días en que regreso a México me suelen preguntar para qué sirve la literatura en un país tan violento.

¿Qué puede hacer alguien cuya única arma es la escritura? ¿Qué poder tienen las palabras? ¿Para qué sirve la literatura en países como México y los de Centroamérica, sometidos por la violencia?

No creo que el escritor pueda cambiar el mundo. La literatura no puede cambiarlo. Al mundo lo cambian los individuos, el ser humano, pero es a éste a quien la literatura definitivamente sí puede cambiar.

A menudo la ficción logra adelantarse a nuestros tiempos, abordar temáticas que las ciencias sociales no alcanzan a tocar, o lo hacen tímidamente.

En estos momentos, por ejemplo, la llamada "narcoliteratura" es una fuente imprescindible para comprender qué sucede en países como México o Colombia, y lo hace a través con mayor fidelidad que la sociología o las ciencias políticas.

Por eso hay que leer a estos escritores que algunos acusan de ser "menores", y que sin dudas son testigos de su tiempo; hasta en no pocas veces también profetas.

Como ha dicho Alma Guillermoprieto, que habla de periodismo pero también podemos usar para la literatura, ésta sirve, sobre todo, para que al leer las personas se entusiasmen, se indignen, se asombren, se enojen, sientan alegría o admiración y, a través de esa emoción, participen y entiendan.

Palabras como armas contra la violencia.

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