Gabo que estás en los cielos
Un profesor destapa la mala enseñanza del español
Institución Educativa Distrital Gabriel García Márquez./las2orillas.co |
A todos nos tocó de alguna forma la muerte del escritor Gabriel
García Márquez. Desde los literatos acérrimos, pasando por sus no pocos
detractores, hasta los indiferentes a su obra. No cabe duda tampoco que
los medios han sabido aprovechar esta exquisita gama de reacciones a su
favor, y no es reprochable, están haciendo lo que les toca. De cuando en
cuando surge una polémica, una reacción encontrada, una opinión poco
usual o previsible, a partir de la cual la masa se pronuncia, el pueblo
reclama, los medios facturan. Caso es el de la representante María
Fernanda Cabal, y su deseo de ver a nuestro Nobel en el infierno, caso
en el que no ahondaré porque usted, como buen usuario de las redes
sociales, ya debe conocerlo de cabo a rabo.
Lo que sí es una infamia, una cobardía, una vileza de la más baja
calaña, es esta nota que se muestra en el video relacionado al inicio de
esta carta y realizada por el canal RCN, quienes como chacales
hambrientos se acercaron a la Institución Educativa Gabriel García
Márquez en la localidad de Usme, y atacaron con preguntas, en manada y
sin previo aviso a los estudiantes, a sabiendas de lo que encontrarían:
total ignorancia con respecto a Gabo, a su vida y por supuesto a su
obra.
¿Cómo es esto posible? Se preguntará usted, asiduo lector del
realismo mágico desde que aprendió a leer. ¿Dónde está el profesor de
español de estos jóvenes? ¿A dónde vamos a parar? Y es probable que
tenga razón, es en algún modo reprochable que estos niños no sepan nada
de uno de nuestros mayores orgullos literarios; no obstante, ¿no van
precisamente a eso al colegio? ¿Acaso usted llegó a primero de
bachillerato con Vargas Llosa en una Mano y Camilo José Cela en la otra?
¿Ha leído usted toda la obra de García Márquez, y de ser así, esto lo
justifica para juzgar a aquél que no ha leído ninguna? No amigos, no. La
sociedad juzga a un joven que no sabe nada, pero que está en un colegio
precisamente con ese fin, con el fin de aprender, pero no para ser
deslegitimados, violentados y sometidos al escarnio público por un medio
que no se caracteriza precisamente por su promoción de productos
literarios.
Y los muy queridos tuiteros, como de esperarse, se abalanzaron como
buitres sobre la presa, ellos tan entendidos de la literatura. ¡Cómo si
ellos hubieran logrado su bachillerato con maestría en literatura! ¡Cómo
si nunca hubieran dicho una burrada monumental, frente a todos sus
compañeros, solo que sin un canal de cobertura nacional allí para
documentarlo¡ ¡CÓMO SI LEER A GARCÍA MÁRQUEZ LOS HICIERA CONOCEDORES DE
LA LITERATURA UNIVERSAL!
Y es que yo, educador de castellano, debo confesar que no leí a Gabo
en el colegio. Leí los Cien Años de Soledad hasta la universidad. No me
interesaba, siempre creí que era el libro favorito de los que no leen
libros. Descubrí lo maravilloso de su obra casi que por accidente, y así
fue mucho mejor leerlo, mejor que obligado por mi maestra de
castellano. Estos jóvenes estudiantes, hoy repudiados por el
sorprendentemente alto número de eruditos y literatos de Colombia,
tienen derecho a encontrarse con la lectura sin grilletes, sin cadenas,
sin ataduras. Desconocerlo no es un crimen, es la oportunidad de
encontrar algo hermoso y que nos pertenece. Pero con este reproche
nacional, ¿tendrá esta niña, la que confundió a Gabo con Pombo, algún
deseo de acercarse por iniciativa propia a la lectura? No creo que tenga
deseos ni de ir al colegio, a ser insultada y humillada por desconocer
algo, como si aquellos que la señalan lo supieran todo.
La negligencia del profesor de castellano de la I.E.D. García Márquez
no fue sólo no enseñar a apreciar a nuestro adorado escritor; más que
eso fue permitir que se sometiera a este castigo público a sus
estudiantes (y por consiguiente a él) y permanecer incólume ante la
injusticia y la infamia. Hasta la representante Cabal, con todo y sus
títulos y cargos, necesitó y tuvo quién le defendiera. ¿Quién aboga por
estos estudiantes y por su proceso? Claramente no su institución, no su
ministerio. Escribo esto para abogar por ellos, para defenderlos y
decirles que no están solos, que aún hay educadores en Colombia que
creemos en ellos y que sabemos lo injusta que es esta malversación de
los medios con el indefenso. ¡Fuerza muchachos! No han cometido ningún
crimen. A la escuela se asiste para aprender.
Ignacio Garnica Laverde
Licenciado en Lengua Castellana y educador indignado.
fuente:las2orillas.co
Licenciado en Lengua Castellana y educador indignado.
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