Considerado como una voz imprescindible de la literatura mexicana, murió a los 72 años por fibrosis pulmonar tras haber estado en cuidados intensivos, y completamente sedado, desde el pasado 2 de abril
Carlos Monsiváis (Ciudad México, 1938) representa un raro paradigma de escritor que cultivaba, y bien, todos los géneros, y de intelectual comprometido con las causas cívicas más nobles. Por su trascendencia en la vida cultural, Monsiváis ha sido llamado "el último escritor público de México", y "la conciencia imprescindible", debido a su apoyo a los movimientos sociales de México. Se le reconocía como el cronista indispensable de la realidad mexicana. Premio Anagrama de Ensayo, Jorge Herralde lo consideraba como uno de "los grandes intelectuales latinoamericanos de nuestro tiempo", uno de los autores mexicanos más conocidos y valorados. En ese sentido, son pertinentes las palabras del poeta José Emilio Pacheco quien apuntó que Monsiváis "es el único escritor que la gente reconoce en la calle".
Dotado de rica inteligencia y de un saber enciclopédico, con una prosa elegante y seductora, Monsiváis destacó en géneros tan diversos como la crónica periodística, la narrativa, la biografía, el ensayo, la poesía, las antologías, etc. Ha escrito ensayos, artículos y columnas periodísticas. Dotado de una sutil y eficaz ironía bien sostenida por una erudición dinámica y fresca y una prosa elegante y seductora, Monsiváis conquistaba al lector con lo vasto de su cultura y de su lucidez analítica. Sus reflexiones puntuales, la precisión en las citas, en las referencias culturales y el ejercicio de un pensamiento crítico mordaz y articulado, siempre actual, ajeno a la complacencia, hicieron de él un punto de referencia. En muchos aspectos, para México Monsiváis ha sido el equivalente a lo que Manuel Vázquez Montalbán representó para Barcelona y Cataluña. Nunca dejó de observar la realidad en el complejo entramado de su dimensión y de sus sentidos culturales.
Coleccionista de fotografía, libros, arte y piezas de la cultura popular, que donó a la capital mexicana para constituir el acervo del Museo El Estanquillo.
Poco antes de su hospitalización presentó su último libro, Apocalipstick, un trabajo donde ofrece una visión actual de Ciudad de México.
Desde muy joven colaboró en los más importantes suplementos culturales de México. Como gran parte de su obra se ha publicado en diarios, es difícil tener precisión respecto al volumen de la misma. A pesar de tener múltiples textos publicados (más de 50), la gran mayoría de sus escritos no ha sido editada en libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario