Los ensayos Lost y La filosofía de Lost, analizan una de las series más seguidas de los últimos años
EN LA PLAYA DE WAIKIKI. Miles de fanáticos se reunieron en enero de este año, en la isla de Honolulu, para ver el primer episodio de la última temporada.foto.fuente: Revista Ñ
¿Por qué estamos aquí? y ¿cuál es la verdad? son tal vez algunas de las preguntas básicas y sin respuestas que la filosofía y la religión intentan contestar desde el principio de la humanidad.
Ahí se fueron seis años de mi vida", una sentencia repetida aunque exagerada entre fanáticos todavía incrédulos por el desenlace. Y todavía dura el duelo. Porque es el final. Y por la forma. Lost, una de las series más exitosas de la historia de la televisión, llegó a su fin después de seis temporadas. Millones de teleadictos en todo el mundo no quedaron conformes, porque ya no habrá más incertidumbre (porque todo termina) o, sin tanta exigencia metafísica, porque la desilusión por el capítulo final fue terminal. Parte del éxito sin precedentes de Lost se cimienta en su plataforma multimedia. Es que a pesar de ser una serie de TV, aprovechó como ninguna otra la distribución dvd´s y el universo de la Red. Las descargas fueron la manera obligada de seguir la serie, sin advertencias de spoiler, sin retorcerse cada vez que alguien mencionaba los nuevos capítulos del calvario de Jack Shepard, Hugo Reyes, Sawyer o Kate Austen. Siguiendo esa lógica multimedia, faltaba el estado previo, vale decir, la plataforma lineal los libros acerca de la serie, que asomaron primero en los cientos de miles de foros que se reproducen en Internet.
Pues bien, ya era tiempo, y a falta de uno, llegaron dos nuevos libros sobre la filosofía de la serie, como una forma de agrandar el combo, o para saciar la sed filosófica de los televidenteslectores.
Reflejo de editores o apuesta genuina, Lost. La filosofía y La filosofía de Lost toman diferentes caminos para analizar desde una perspectiva filosófica la serie. Los nombres nada casuales de algunos protagonistas como John Locke, Hume o Rousseau, entre otros, son nada más que un disparador de esas lecturas.
¿Por qué estamos aquí? y ¿cuál es la verdad? son tal vez algunas de las preguntas básicas y sin respuestas que la filosofía y la religión intentan contestar desde el principio de la humanidad.
Son, además, los mismos interrogantes que atormentan a los sobrevivientes del Oceanic 815 respecto de la isla.
Sharon M. Kaye, profesora de la Universidad de Cleveland compiló para el segundo de los títulos 20 escritos de académicos de Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña e Irlanda. Los textos analizan la ética, la metafísica, la filosofía política y social que adoptan los personajes para sobrevivir en la isla y las implicancias religiosas de sus acciones. En ese abanico de opiniones diversas se salva especialmente el capítulo "Todo sucede por una razón", de David Werther de la Universidad Winsconsin, sobre el determinismo o la causalidad y allí asoma Liebniz y su principio de razón suficiente.
Tom Greenwood, de la Universidad de Lancaster, ofrece, en cambio, una visión de la serie enmarcada en la posmodernidad y la deconstrucción de los relatos.
Foucault, Sartre y Derrida se mezclan con los nombres de los protagonistas y los capítulos más memorables de la historia.
Justamente el autor de La Différance, que alguna vez escribiera "no hay mundo, tan sólo islas", es el motor del libro de Simone Regazzoni, quien propone incluso no sin antes publicar en coautoría La filosofía de Dr. House el reconocimiento de las "obras de arte televisivas". "Lost escenifica la verdad", apunta este flamante especialista. ¿Pero qué tipo de verdad encarna? Una relativa, subjetiva y posmoderna, que propone "una polifonía de visiones del mundo que giran en torno a ese enigma.
Regazzoni llama a la suya "filosofía pop". Y entonces no es curioso que la colección de Del Zorzal se llame Filo&Pop. A fin de cuentas parecen una ilusión más e ineficaz para prolongar lo único real: el final.
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