12.2.15

La mirada subjetiva

Crónicas. Escritas para medios de prensa desde París, Rusia y España, a través de ellas el poeta César Vallejo interpelaba la realidad de su tiempo
César Vallejo, poeta peruano. También escribió crónicas./revista Ñ

La vida del gran poeta César Vallejo fue breve e intensa. No nos atreveríamos a decir que fue sufriente porque qué vida no lo es en alguna medida. A diferencia de otros humanos, él supo escribirlo para dejar una marca en la historia de la literatura.
En su primer libro publicado, Los heraldos negros , encontramos un primer verso que dice: “Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!”. Este libro es considerado, dentro del carácter de ruptura que posee la obra de César Vallejo, como un poemario que conserva un influjo del modernismo. Si con Trilce , editado en 1922, Vallejo quedó ubicado por su estética en el terreno de la vanguardia poética, cuando el poeta viaja a Europa, continente del que no volverá, su interés quedará centrado en la vanguardia política de su época.
Camino hacia una tierra socialista. Escritos de viaje tiene una selección y un prólogo realizados por Víctor Vich. El poeta intentó, desde que llegó a París en 1923 hasta su muerte, sobrevivir como periodista. Nos hace saber Vich que de acuerdo a su correspondencia sabemos que “su vida cotidiana fue una suma de angustias y miserias cotidianas”. Escribió para el diario El Norte de Trujillo (1923-1930), la revista Mundial (1925-1930), la revista Variedades (1926-1930) y el diario El Comercio de Lima (1929-1939). Sus crónicas, escritas desde París, Rusia y España, presentan reflexiones acerca de la vida urbana, apreciaciones acerca del arte y, por sobre todo, revelan una posición ética que se sostiene en la idea de una sociedad más justa. Es un cronista comprometido, que interpela a la realidad para expresar su posición subjetiva al respecto.
Por supuesto estas crónicas deben ser leídas en función de la historia de su época, cosa que no ocurre con su poesía que trasciende cualquier momento histórico. Posiblemente por esto mismo Víctor Vich se vio necesitado de incluir, en algunas partes del libro, poemas y correspondencia del poeta. Es una forma de que el libro quede más estructurado, para el lector, en torno al personaje y a la vida de César Vallejo. Por ejemplo, el libro comienza con una carta dirigida a Víctor Clemente Vallejo, escrita el 14 de julio de 1923 en París, que dice así: “Dedico este momento a la sagrada memoria de mi padre y de todos ustedes, que a esta hora, estarán en mi Santiago, y en casita, quizá conversando juntos, riendo o acaso llorando. Pienso en ustedes y la melancolía me ahoga y no puedo más. Yo regresaré a América, Dios lo permita muy pronto. Vamos a ver”.
Se impone la pregunta acerca del interés que depara este libro, quiénes podrían ser sus lectores interesados. La poesía de Vallejo no ofrece dudas al lector acerca de sus efectos, en tanto lo atraviesa, lo perturba, lo desencaja, lo cambia. Esto es otra cosa. Permite contextualizar cuestiones relativas a su tiempo, al recorrido del poeta y a sus ideales, ofreciendo crónicas de viaje en las que la impronta subjetiva del escritor configura en forma singular un transito periodístico, ni más ni menos que en el período de Europa entre la Primera y la Segunda Guerras Mundiales.

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