En pleno barrio de la Barceloneta existe una librería especializada en la novela negra y policiaca que se ha convertido referencia internacional en el sector
Un aspecto del culto al género negro: el arma es de juguete. foto.fuente:elcultural.es
Lo suyo siempre ha sido pura pasión por los libros y devoción por los lectores. Y es que Paco Camarasa (Valencia, 1950) se ha dedicado a ellos toda su vida, ejerciendo de librero, "la profesión más maravillosa del mundo" -dice- "basada en el viejo oficio de leer, escuchar y ejercer de intermediario entre autor, editor y lector, y en convertirse además en la corriente de transmisión entre un conjunto de lectores". Por eso, cuando se quedó sin trabajo en 2001, decidió liarse la manta a la cabeza y seguir en la brecha. Junto a Montse Clavé (Cádiz, 1946) abrió en Barcelona, en diciembre de 2002 y en plena Barceloneta, uno de los barrios más canallas y negros de la ciudad, la que hasta la fecha continúa siendo la única librería de España especializada en novela negra y criminal. Y ése es justamente su nombre.
La Librería Negra y Criminal es un espacio ágil y muy vivo, que tiene como objetivo contagiar, desarrollar y hacer crecer el amor por el género a los lectores. Ahí se persiguen autores, se rastrean primeras ediciones y libros descatalogados, se venden ejemplares de segunda mano, se celebran presentaciones de libros, concursos literarios, clubes de lectura, coloquios y hasta visitas culturales y recorridos temáticos (como la ruta barcelonesa de Carvalho) relacionadas con el mundo policíaco y criminal. Y cada sábado, a las 13 horas, aperitivo de mejillones y vino tinto para todo el que se acerque por allí y tenga ganas de intercambiar opiniones y recomendar últimas lecturas. Esa frenética actividad es lo que ha situado a este pequeño reducto de lo negro en un centro de referencia internacional en el sector del libro. Y puedo dar fe: en el día de nuestra charla Camarasa prepara afanosamente un kilométrico pedido para una librería de Paraná (Argentina). "No cabe duda de que Internet nos ha ayudado muchísimo", reconoce.
"Cuando era universitario -cuenta- cayó en mis manos Cosecha Roja, de Dashiell Hammett, en una edición de bolsillo de Alianza Editorial y con un prólogo de Luis Cernuda, que en la universidad franquista era un autor de referencia, un símbolo de la diferencia. Quedé totalmente fascinado por el hecho de que un género tan popular como el policíaco pudiera definir tan bien y con tanto realismo los distintos mecanismos de la sociedad". A partir de entonces Camarasa rastreó como un sabueso, buscando novelas negras y policíacas aquí y allá, fascinado por la altísima implicación que, como lector, experimentaba al zambullirse en historias tan bien urdidas. "En aquella época -continúa- estaba mal visto leer ese tipo de novela, puesto que se consideraba un género poco interesante y de pura evasión. Pero entonces apareció un intelectual de prestigio como Manuel Vázquez Montalbán, que nos dio al detective Pepe Carvalho. Y esa fue la coartada perfecta para rescatar el género y acercarnos a él".
Camarasa define las dos subdivisiones del género, calificando la novela negra de más crítica y realista mientras que la policíaca es más juguetona y se apoya más en la intriga. "Y sus lectores tienen en común que conocen muy bien este tipo de literatura porque le son muy fieles, han leído muchísimo, se saben todos los trucos, códigos y recursos y, por tanto, no pasan por alto ni un solo fallo. La novela negra y también la policíaca tienen una gran capacidad de atrapar al lector y llevarlo por sus derroteros, tanto por el juego que proponen como por la atmósfera que crean, los personajes que definen y su habilidad en iluminar las zonas más oscuras de la sociedad y del alma humana. En definitiva, el lector de novela negra es una mosca cojonera que se las sabe todas y siempre está alerta para pillar al autor en un renuncio", define.
Gran admirador de la facilidad que tienen los autores de novela negra para plasmar, de una manera casi visual, realidades sociales, Camarasa afirma conocer muy bien los países nórdicos sin haberlos visitado, debido a la gran cantidad de novelistas de esas nacionalidades que han pasado por sus manos. Pero la moda escandinava ya ha tocado a su fin, y ahora le toca el turno a Asia, sobre todo a los chinos y japoneses, vaticina. "Yo soy muy ecléctico en mis gustos -concluye- disfruto enormemente con los grandes clásicos como Ellery Queen, Edgar Wallace, Raymond Chandler o Gene Thompson. Y me encanta descubrir nombres nuevos, como Michael Koryta y Maurizio di Giovanni. Últimamente he leído con muchísimo interés El caso de los bombones envenenados, de Anthony Berkeley, Jarraga, de Antonio Lozano y El poder del perro, de Don Winslow".
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