El nuevo filme de los hermanos Coen opta a 10 candidaturas, entre ella, mejor dirección, mejor guion y mejor película
Su decisión de rehacer la película por la que John Wayne se llevó el Oscar en 1969 dejó a más de uno rascándose la cabeza, pero como ellos mismos lo explican, no fue aquel filme lo que les intrigó sino la posibilidad de llevar al cine la exitosa novela de Charles Portis que recrea una historia de venganza ambientada en la Oklahoma de 1870. Aunque tampoco lo ven como un western, sino como una película de época, los hermanos más famosos del cine han vuelto a concretar una obra maestra, que si bien fue ignorada por los Globos de Oro es el segundo filme más nominado en la competencia por el Oscar, con 10 candidaturas, tres de las cuales mencionan específicamente a Joel y Ethan Coen, a mejor dirección, mejor guion y mejor película.
Parece que les interesa mostrar mundos donde la moralidad y el sentido de justicia chocan con el modo de entender esos conceptos en la actualidad, algo que no sólo se ve en Valor de ley sino también en No country for old men...
Joel Coen: Lo que verdaderamente nos gusta es llevar al cine buenos trabajos literarios. En el caso de No country for old men, buena parte de lo que le ha llevado a usted a tener esa impresión tiene que ver con Cormac Mc- Carthy. Nosotros respondimos a una historia brillante que refleja ese punto de vista y esa sensibilidad, pero no es la nuestra. Y eso es precisamente lo que hace que la historia de Valor de ley funcione. Puede ser muy atractiva como idea abstracta, pero es mucho más interesante si se está hablando de una niña que por un lado parece interesada en la moralidad y la justicia y, por otro, se toma esos conceptos con ligereza a la hora de contratar a alguien que le ayude a cobrarse venganza. Cuando le preguntan cuál de los marshall prefiere contratar, si el que es buena persona o el asesino brutal, ella opta por el asesino. Esa es una de las contradicciones que nos gustaron del libro y lo que hace interesantes y jugosos estos personajes. Nos interesan la moralidad y la justicia en la medida en que son los motores que hacen funcionar una historia.
Ethan Coen: El contraste es aún mas interesante en el libro. Ella tiene un concepto muy definido de la moralidad pero también tiene asuntos que resolver y siempre tienen prioridad esos asuntos...
¿Por qué decidieron hacer un remake cuando siempre han sido muy creativos?
EC: No lo vivimos como un remake. Vimos la película con John Wayne cuando yo tenía 12 o 13 años, probablemente cuando se estrenó. Joel es tres años mayor que yo y no la volvimos a ver ninguno de los dos, tenemos un recuerdo vago. Con franqueza, nunca nos interesó demasiado. Lo que nos interesaba era el libro. Ambos lo habíamos leído y nos pareció todo un ejercicio adaptar un libro en lugar de hacer un remake de una película de la que no nos acordábamos demasiado bien.
¿Fue complicado dirigir a Hailee Steinfeld, que debutó en el cine con esta película?
JC: No, ya sabía cómo hacer las cosas sin mayores indicaciones.
EC: Asumimos que era una chica de catorce años, y eso es parte de quien es este personaje. A veces la tentación en Hollywood es buscarse a alguien con unos años más que parezca más joven, sobre todo para no tener que lidiar con una adolescente. Es más fácil dar con una actriz con experiencia si tiene más de catorce años, pero como su edad tiene tanto que ver con quien es Mattie y eso ayuda a que la comedia funcione en la película, tratamos de preservarlo. Hicimos un casting amplio por todo el país durante meses, con toda aquella que se atreviera a asistir a las audiciones abiertas. Irónicamente, la encontramos aquí, en Los Ángeles, y no tenía ninguna experiencia.
EC: Nos impresionó de Hailee su facilidad para hablar correctamente. De los cientos de miles de chicas que vimos, el 99% no podía. Todas las candidatas fracasaron en ese punto, porque el idioma que se habla en el filme no es el que usamos hoy en día.
JC: La formalidad de los diálogos es algo que tomamos del libro. A Jeff eso le llamó la atención desde el principio, porque los diálogos sonaban extraños. Fue un problema para los actores pero no para nosotros, que sólo los copiamos de la novela.
EC: El libro le presta mucha atención a la época, no sólo al lenguaje, sino también a los periódicos, a las armas y a cómo era la vida en general. Lo bueno de adaptar esa novela es que le dejamos toda la investigación a Charles Portis. Siempre nos alegra evitarnos parte del trabajo.
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