Se consolida como la cita más importante de Estados Unidos. Mezcla la presencia de escritores de calidad con superventas
Los principes de Asturias: Letizia y Felipe; dedicado a España./elpais.com |
Nada más clarificador de la naturaleza diversa de la 30 Feria del Libro de Miami
que su debut y su despedida. El debut, el pasado domingo 17:
presentaciones de la más reciente novela del autor estadounidense de
best-sellers, Dan Brown, –Inferno-- y del primer tomo de la trilogía de memorias del Premio Cervantes 1999, el chileno Jorge Edwards, –Los círculos morados.
En la despedida (domingo 24 de noviembre) que se desarrolló: el
narrador dominicano-estadounidense Junot Díaz hablará de su más reciente
novela –This Is How You Lose Her (Así es como la pierdes)—y
una hora más tarde, el presentador de televisión cubano-estadounidense,
Ismael Cala, lo hará acerca de su primer libro de autoayuda –El poder de escuchar.
En medio de todo esto y a lo largo de la semana, los asistentes han
disfrutado, entre otras, de las intervenciones del novelista Paul
Auster, del poeta Richard Blanco, del periodista Lawrence Wright, del
novelista gráfico Gene Yang, y de más de tres decenas de autores y
promotores culturales de España que han asistido a esta edición de la
feria como invitados de honor.
El de Miami es el festival de literatura más grande que se realiza en
Estados Unidos, cada año, desde 1984. Y es también una alegoría de la
propia ciudad: mitad babel, mitad verbena. El lugar donde anualmente se
encuentran autores de todos los orígenes y temáticas que crean o
publican en el país, en inglés y en castellano; donde se combina una
semana de debates y dos días de feria callejera, con música y comida, y
una oferta editorial generosa en volúmenes pero limitada en títulos y
sellos de peso internacional.
La contundencia que faltó en la feria callejera –donde más de 200
vendedores ofrecieron clásicos, libros de segunda mano, música,
autopublicaciones y estrenos— se ha concentrado en el programa de foros,
lecturas y conversaciones que se desarrolló en los salones del Miami-Dade College,
la institución que desde hace 30 años organiza y sirve de sede al
evento. Allí, un total de 506 autores hablaron de su trabajo y
debatieron junto a los lectores. Algunos de ellos, como el español José
Ovejero (Premio Alfaguara 2013 por su novela La invención del amor),
lo hicieron hasta en tres oportunidades, con igual dedicación cada vez.
Otros evitaron conversar o responder preguntas, como fue el caso de Paul Auster
que este sábado a mediodía, después de corregir la biografía de sí
mismo que hizo la presentadora, leyó los fragmentos finales de su más
reciente libro de memorias, Report from the interior (Informe desde el interior), y se largó del escenario.
Es por esa variedad de voces que esta feria ha logrado hacerse un
espacio en la agenda nacional y ha contribuido, especialmente durante
sus últimas ediciones, a moldear el nuevo rostro de la ciudad. “Todos
sabemos cuál es la crítica que se le hace a Miami, pero la Feria del
Libro ha recorrido un largo camino para cambiar a eso”, comentó Dan Brown
durante el discurso inaugural del domingo 17. “Yo no hablo
profesionalmente muy a menudo, pero cuando la Feria del Libro de Miami
te pide celebrar su 30 aniversario, tú no dices que no”, dijo el autor.
En primera fila, donde media hora antes estuvo sentada la comitiva
que acompañó a los Príncipes de Asturias en la apertura oficial de la
feria, le escuchaban sus padres: él, profesor de matemáticas, y ella,
organista de iglesia; ambos, confesó Brown, introdujeron al autor en los
temas de los que se ocuparía luego en su obra: la religión, el espacio,
lo infinito.
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