El mundo editorial está un poco loco. Se publica mucho y más en nuestro género, aunque tiendo a pensar que ya no es porque esté de moda sino porque, en cierto modo, se ha instalado como fenómeno
La variedad de títulos como de autores que cuentan sobre el crimen./elpais.com |
El caso es que por más que este humilde bloguero lea, no
da tiempo a comentar propiamente y con la calidad que se merecen tantos y
tantos títulos. Por eso quería dejar un hueco a algunas apuestas
arriesgadas, interesantes y algunas veces suicidas que me han hecho
llegar de una u otra manera editores y autores más pequeños.
Sí, lo sé, se van a quedar fuera muchos. Lo siento. Haremos más, pero
prefiero comentar sólo lo que conozco. Luther, una novela en el País
Vasco con ETA y las drogas de fondo, una sopresa italiana y una apuesta
suicida del gran David Peace son algunos de los platos de este menú.
Lean y disfruten.
Lobos frente al mar. Carlos Mazza.
(Seronda. Traducción de Francisco Álvarez). Un autor y una novela
peculiares. Corrupción, negrura y muerte en el Bari veraniego (buen
escenario) que tan bien conoce el autor (sólo ha salido de allí para
hacer el servicio militar). Una novela que entra de lleno en la miseria
que corroe Italia contada con acierto y pulso por un hombre que militó
en la extrema izquierda y que ha trabajado 35 años en el sector
bancario. El libro inauguró la colección Sabot- Age del sello Edizione,
avalada por el maestro Massimo Carlotto (otro con historia al que
debemos un homenaje aquí).
La rata en llamas. George V. Higgins
(Libros del Asteroide. Traducción de Magdalena Palmer). Algunos nunca
dejaremos de agradecer a estos aventurados editores que hayan recuperado
a un clásico del género que ha sido menospreciado a un nivel sólo
comparable con su calidad. Aquí ya hablamos de él
y volveremos a hacerlo. En este caso vuelven los ingredientes clásicos:
abogados de poca monta, delincuentes grises pero peligrosos, humor
corrosivo y, sobre todo, unos diálogos por los que muchos autores
contemporáneos darían sus dos brazos.
1974. Red Riding Quartet. David Peace (Alba. Traducción de Manu Berástegui). Un
escritor de altura embarcado en un proyecto de locos. Este libro es la
primera parte de una serie de cuatro obras publicadas por Alba y
situadas en Yorkshire. Muerte, misterio, negrura, mucha negrura y
calidad para una novela que no se olvida fácilmente (cuando lea las
otras tres, lo comentaremos como se merece). Un libro brutal de un
escritor soberbio. Ya hablamos aquí también de Tokyo Año Cero.
Luther. El origen. Neil Cross (Es Pop Ediciones. Traducción de Óscar Palmer).
Para los fans de la serie poco se puede decir de Luther que no se sepa.
Para los que no la hayan visto, que no se la pierdan. Para todos, vayan
a este libro donde Cross (guionista de la serie) refleja a la
perfección los demonios internos que llevaron a Luther a la
desesperación y a la cuesta abajo personal y profesional. A veces crep
que es mejor incluso que la serie. Un must.
Respirar por la herida. Víctor del Árbol.
(Alrevés). Baste este ya emblemático libro de la ficción criminal
española contemporánea para hablar de la apuesta valiente y seria de
esta editorial. De la novela ya habló el autor en una entrevista de Aurora Intxausti en este blog.
Sólo decir que tiene una fuerza desconocida y una calidad soberbia,
como otras obras de las que ya hablaremos (atentos a La paz de los
sepulcros, de Jorge Volpi, que reseñaremos en breve. Brutal).
Nadie llora a un muerto. Deborah Crombie (Navona. Traducción de Rebeca Bouvier). La autora de Dreaming of the bones
sigue con su serie de Duncan Kincaid y Gemma James. Ella es texana pero
escribe novelas perfectamente ambientadas cerca de Londres. Un clásico
del género que no conviene perderse.
La última batalla. Javier Abasolo (Erein). A
veces se echa en falta novela negra que se meta hasta el fondo en la
miseria que ha vivido este país. Esta lo hace. El asesinato de un etarra
a la salida de prisión (qué actual) y las heridas sufridas por un
ertxaintza en el mismo acto desencadena una investigación que vuelve al
Euskadi de los ochenta: ETA, la reconversión industrial y las drogas. Un
paisaje duro para una novela que no da tregua.
Los cuadernos secretos de Sherlock Holmes. Javier Casis (Buscarini).
Una aventura más para los amantes del inquilino del 221b de Baker
Street. Ya saben los fans que Holmes participó en decenas de casos que
sólo aparecen citados pero que Connan Doyle nunca relató. Casis los
recoge con respeto y los cuenta. Arriesgado, sí, pero interesante y muy
entretenido.
Con todo el odio de nuestro corazón. Fernando Cámara (Rey Lear).
Un mundo, no tan lejano, en el que la crisis no ha devastado y la clase
media vive en la miseria. Un profesor, un joven desequilibrado y una
directora de sucursal que vendió preferentes se alían para matar a uno
de los responsables de la crisis. Distopía y ficción criminal mezclados y
que merecieron el Premio Francisco García Pavón de narrativa policíaca
2013.
13 días. Valentina Giambaco (Pamiès. Traducción de Ana María Sánchez).
Un hombre temido por todos que fue secuestrado cuando era pequeño. 13
días y una venganza pendiente. Y una detective, Alice Madison, que tiene
que pasearse por el lado oscuro para tratar de llegar a la verdad.
Thriller psicológico de los buenos. Ya hablamos en su día de El
pirómano, otra de las apuestas de estos aventureros.
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