2.8.11

La Semana Negra de Gijón se despide como si fuera la última vez

La Semana Negra de Gijón finalizó su vigésimo cuarta edición con récord de asistencia de público y de ventas en las librerías, aunque con la misma incertidumbre con que comenzó hace diez días, al no haber sido definido su emplazamiento para el año que viene
Los miembros del jurado de la edición de 2011 junto Paco Ignacio Taibo. foto:Alberto Morante.fuente:elmundo.es

Varios cientos de miles de visitantes recorrieron el recinto abarrotado de puestos de los más variados productos y comestibles y las editoriales han conseguido vender 43.938 libros, el 14,5% más que el año pasado.

Sin embargo, la sensación de que ésta sería la última Semana Negra que se iba a realizar en Gijón tras el cambio de gobierno municipal de Foro Asturias que puso fin a 32 años de administración socialista, no ha quedado disipada y permanece como "una espada de Damocles" sobre el festival cultural más popular de habla hispana.

Su director, el escritor hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo II, ha emplazado a las autoridades locales a responder antes del próximo 15 de septiembre a los requerimientos de ubicación y de financiación del festival, porque no puede retrasar más allá de esa fecha una decisión sobre las ofertas que le han hecho otras ciudades que quieren acogerlo.

Falta de respaldo municipal

Las autoridades municipales han mantenido silencio frente a las demandas de distintos estamentos políticos y culturales que le reclaman que "asuma la responsabilidad" de mantener la Semana Negra en Gijón, por considerarlo "un patrimonio forjado durante casi un cuarto de siglo" que "pone a la ciudad en el mundo".

Por primera vez en la historia del festival, ningún representante del gobierno local ha estado presente en la ceremonia de clausura y tampoco han asistido a la inauguración y al debate con los grupos políticos del Ayuntamiento que ha convocado la organización para forzar una toma de posición que ponga fin a la incertidumbre.

"Habrá Semana Negra el año que viene, desde mañana mismo comenzamos a organizarla, pero no sabemos dónde, aunque sí podemos decir que con toda probabilidad será en alguna ciudad de Asturias", ha afirmado.

Taibo ha confirmado que en los últimos días ha mantenido contactos "formales e informales" con representantes "oficiales y oficiosos" de distintas localidades de España y de Europa que se ofrecen para ser sede del evento.

La alcaldesa, Carmen Moriyón, ha criticado el "alto coste" para las arcas municipales y ha exigido una "refundación" del festival, al considerar que los 300.000 euros de subvenciones municipales que recibe son un precio muy caro para "abrir un telediario", en referencia a la repercusión periodística del certamen.

Apoyo de artistas

Los 150 escritores y más de un centenar de periodistas internacionales acreditados han firmado un manifiesto en que piden la continuidad del festival literario de habla hispana más reconocido en el mundo en su ciudad de origen.

Taibo ha ratificado la voluntad de la organización de "no ceder ni un milímetro" en la concepción de la Semana Negra como una mezcla de actos culturales y fiesta popular, con noria incluida, y que llegado el caso puede irse a alguna de las seis ciudades que le han hecho ofertas en los últimos días.

El cantautor Joaquín Sabina ha sumado su voz al "pataleo" de los que no quieren que la Semana Negra deje de ser de Gijón, y ha asegurado que su cancelación "sería como cerrar un museo para abrir un bingo".

"Si algún político o rector no ve futuro en la Semana Negra es que no tiene dos dedos de frente, es un patrimonio de Gijón que ha costado mucho construir y que es muy fácil destruir", ha dicho Sabina.

Tambien el escritor gallego Manuel Rivas, durante la presentación de su novela "Todo es silencio" ha lanzado una "proclama" a favor del festival que "proyecta a Gijón en todo el mundo" y ha advertido de que "los espacios culturales son las primeras víctimas de las políticas de recortes y de la demagogia de la austeridad".

Un final previsible

Cientos de miles de visitantes han pasado en los últimos nueve días por el recinto ferial -encerrado entre vallas que lo separan de las dependencias de la Universidad de Oviedo, crítica con el festival-, con la sensación de que sería la última vez.

Los carteles que anuncian el certamen se han convertido en un "souvenir" codiciado al igual que los libros editados por la organización que se regalan al público.

Pese a que se esperaba que en la jornada de hoy el director hiciera público el lugar de la próxima edición, la única respuesta que ha podido dar la organización es que desea quedarse en Gijón, aunque "si esto no es posible" por falta de apoyo institucional "se hará en otro lado", preferentemente "en Asturias".

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