Un curso de verano recuerda a Vázquez Montalbán y al personaje de Carvalho como cronistas de la Transición de España
"Carvalho es una mezcla de Harry el Sucio y la madre Teresa de Calcuta", sentencia Domingo Villar, escritor de novela policiaca que ve en el personaje de Vázquez Montalbán un modelo de "piedad". Carvalho es irónico y sarcástico, es un hombre que va de la Barcelona burguesa a los bajos fondos. El personaje bebe del Vázquez Montalbán nacido de una familia humilde en el barrio del Raval, con un padre preso por ser republicano al que no conoció hasta los cinco años. El detective refleja la vida de su autor y es un cronista de primera mano del cambio de la dictadura franquista a la democracia.
Vázquez Montalbán describe sin explicar lo que Carvalho vive, da por hecho que el lector sabe de lo que habla, para no perder agilidad. "Quizá en el futuro habrá que poner anotaciones a pie de página", opina Lorenzo Silva, quien considera que, a diferencia de Alejandro Dumas, que "se apoya en informes y papeles para recrear la Francia de Luis XIII, Vázquez Montalbán mira a su alrededor en la Transición y capta los destellos, como un poeta que rescata imágenes".
Para Rosa Mora, el tipo de vida que llevaba Vázquez Montalbán y su forma de escribir, que él mismo definía como "a ráfagas", es lo que hizo llegar tan alto al personaje de Pepe Carvalho. "Creo que con él dignificó la novela policiaca", afirma.
Lo que diferencia al detective Carvalho, cuyas aventuras transcurren a lo largo de 25 libros, de los otros personajes de la novela policiaca actual, es la autonomía de su profesión. "Carvalho es el último detective privado", explica Rosa Mora, y pone de ejemplo los personajes creados por los dos escritores que la acompañan. El detective de la Policía Nacional Leo Caldas, creación de Domingo Villar, y la pareja de guardias civiles compuesta por el brigada Bevilacqua y la cabo Chamorro, salida de la imaginación de Lorenzo Silva, muestran cómo la novela se adapta a la realidad, y como el detective privado ya no puede competir con los medios de la policía o la Guardia Civil. "Saben hasta en el chat que te metes y a quién envías mensajes, ¿cómo va a competir con eso alguien que hace guardia ante una puerta a ver quién sale?", se cuestiona Silva, que, al igual que Villar, ha aprendido de Vázquez Montalbán y de su manera de narrar. "No sabía cómo agradecérselo y, cuando murió en 2000, le envié a su viuda, Anna Sallés, mis libros para que los leyera", comenta Villar emocionado.
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