|
Cuando el escritor Howard Engel se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un hombre que no podía leer. No porque se hubiese quedado ciego, sino porque las letras se le enredaban y las palabras jugaban a una metamorfosis de caracteres rebeldes y desconocidos.
Su voz (en inglés) cuenta esta historia en el video de más arriba, que descubrí en la página de NPR. Creo haber entendido que el hombre jamás recuperó su capacidad de leer, y que tuvo que reentrenar su cerebro para lograr descifrar párrafos y páginas con una paciencia infinita. Sin embargo, y por esos misterios de nuestras neuronas, su habilidad para escibir permaneció intacta. Continuó publicando libros como si nada.
Esto me recordó lo que le ocurrió a Sun Kwon, uno de los personajes de la pareja surcoreana de Lost, en la última temporada de la serie: cuando en uno de los capítulos ella corre por la selva escapando de John Locke, tropieza y se golpea la cabeza. El traumatismo le hizo perder la capacidad de hablar inglés, pero no de entenderlo o hasta incluso de escribirlo, idea que el polirrubro Jack Shephard le sugirió para poder seguir comunicados.
Su voz (en inglés) cuenta esta historia en el video de más arriba, que descubrí en la página de NPR. Creo haber entendido que el hombre jamás recuperó su capacidad de leer, y que tuvo que reentrenar su cerebro para lograr descifrar párrafos y páginas con una paciencia infinita. Sin embargo, y por esos misterios de nuestras neuronas, su habilidad para escibir permaneció intacta. Continuó publicando libros como si nada.
Esto me recordó lo que le ocurrió a Sun Kwon, uno de los personajes de la pareja surcoreana de Lost, en la última temporada de la serie: cuando en uno de los capítulos ella corre por la selva escapando de John Locke, tropieza y se golpea la cabeza. El traumatismo le hizo perder la capacidad de hablar inglés, pero no de entenderlo o hasta incluso de escribirlo, idea que el polirrubro Jack Shephard le sugirió para poder seguir comunicados.
Es probable que los guionistas de Lost, tan lectores ellos, hayan leído las novelas policiales de Engel y hayan tomado prestada su historia. Lo cierto es que aquí fue la realidad la que superó a la ficción.
Tomado de En minúscula
Tomado de En minúscula
No hay comentarios:
Publicar un comentario