Autores de América latina se juntaron a producir y reflexionar junto al Canal Beagle en el marco del Festival Iberoamericano de Nueva Narrativa, que transcurre en Ushuaia
SILENCIO ACTIVO. El escritor argentino Alan Pauls relata, desde el Canal Beagle, ese "silencio activo" que encontró en el "Fin del Mundo". foto;fuente:Revista Ñ
Un Fellini haría una gran película con todo esto. Es que está servido, no hay que inventar nada: en pleno otoño porteño diez escritores de varios países de Latinoamérica, abordan un avión en Aeroparque rumbo a Ushuaia; allí se quedarán recluidos por cuatro días en un esplendoroso hotel con una alucinante vista panorámica del canal de Beagle, con alguna excursión o conferencia de por medio.
La tarea de los escritores está dividida: la mitad tiene que escribir una crónica o un cuento sobre este "Fin del mundo" que es Ushuaia, que leerán en público al fin del viaje. La otra mitad pasará los días leyendo un centenar de manuscritos de novelas cortas -enviadas para un concurso- para elegir un ganador. Para agregar un toque más, un equipo de documentalistas, que casi alcanzan en número a los escritores, está meticulosamente filmando cada cena, cada caminata, cada palabra intercambiada entre los ilustres y jóvenes escritores. A esta fauna agréguenle un famoso dibujante de historietas, un puñado de periodistas y agentes de prensa y uno que otro funcionario lugareño y el elenco está completo.
Falta Fellini nomás, porque esto está pasando hoy mismo en Ushuaia: se trata de FINN: el Festival Iberoamericano de Nueva Narrativa, la primera edición de lo que pretende establecerse como un evento anual en el calendario cultural de Ushuaia. El encuentro comenzó oficialmente el miércoles, con una lectura pública del maravilloso escritor mexicano Mario Bellatin y terminará el lunes en Buenos Aires, donde se anunciara el ganador del concurso literario en un hotel céntrico. La novela ganadora será publicada en diversos países de Iberoamérica.
Pero bajemos de las nubes y enumeremos el elenco con nombre y apellido. Los escritores son los argentinos Oliverio Coelho y Mariana Enríquez; el brasileño Joao Paulo Cuenca; la boliviana Giovanna Rivero, la cubana Karla Suárez y el mexicano Mario Bellatin. Y el historietista es Liniers.
El jurado está compuesto por los argentinos Elsa Drucaroff, Alan Pauls y Edgardo Cozarinsky, el afable y gigantesco uruguayo Ercole Lissardi y la mexicana Margo Glantz (quien no pudo viajar porque le acaba de nacer un nieto).
Esta breve crónica empezó con una afirmación que tal vez unos lectores tomaron como gratuita. Pero díganme si esta escena no es digna de Fellini. La charla inaugural de Bellatin, ya comentada, en realidad fue la lectura de un cuento suyo titulado: ¿Le gusta este jardín que es suyo? No deje que sus hijos lo destruyan. Para acompañar la lectura, Bellatin distribuyó a la audiencia una especie de fotocopia-collage con la imagen de su brazo derecho, que tiene una prótesis (nació con una malformación) y frases y stickers brillantes. El cuento es una delirante y bizarra ficción donde Bellatin mismo es el protagonista. Entre otras cosas, ese protagonista se transforma en un sacerdote llamado Abds Salám. Hay muertos, resurrecciones, perros místicos, encuentros astrales con Kafka y Beckett.
En fin, un maravilloso y lírico caos. En la audiencia había tres filas enteras de militares uniformados. Verles las caras durante el transcurso del relato, ver su asombro y confusión disciplinadamente contenida, fue una imagen que este cronista nunca podrá borrar de su mente.
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