18.3.10

DeLillo: "No soy culpable de las teorías conspirativas"

El autor, toda una referencia en Estados Unidos, trata la frialdad de los estrategas de la guerra de Iraq en Point Omega

El escritor Don DeLillo, fOTO: Àlex García.fUENTE:Lavanguardia.es

"A la octava pregunta de sus lectores, Don DeLillo, uno de los discípulos de Salinger en eso de ocultarse de los focos de la fama, consideró que ya era suficiente. "¿Es posible que ahora les diga buenas noches y gracias?".
Si pensó que ese era el final del suplicio tras su lectura en una librería de Brooklyn, el escritor neoyorquino estaba equivocado. De pronto se organizó una cadena humana -salía a la calle- de más de 200 individuos. Todos tenían entre sus manos su última novela, Point Omega, que se centra en el destino de un estratega de la guerra de Iraq. Pero los hubo que cargaron con otras creaciones (Underworld o Libra, en especial) para ampliar la colección de rúbricas de uno de los autores más admirados de la literatura estadounidense contemporánea.

Muchos le consideran uno de los creadores de las teorías de la conspiración por su fabulación respecto al asesinato del presidente Kennedy. Así que resultó inevitable que la primera cuestión de su audiencia fuera en esta línea. "¿Hoy se dan teorías más tabú que la que usted planteó?".

"Mi catalogación como teórico de la conspiración es una exageración. En Libra,desde luego, hay una conspiración sobre el asesinato de Kennedy. Pero no creo que sea una verdadera teoría de la conspiración porque Lee Harvey Oswald es culpable de dispararle en tres ocasiones, aunque sus disparos no mataran al presidente. La gran conspiración hubiera sido que Oswald fuera inocente y su implicación una invención.

No estoy seguro respecto a teorías recientes, como las que rodean los hechos del 11-S. No considero que mucha gente crea que eso fue una operación del gobierno, no le doy credibilidad... Yo no soy el culpable de otras teorías de la conspiración".

Al concluir su respuesta, él preguntó: "¿Alguien más?". Se alzó un mar de manos. Había que aprovechar la ocasión. DeLillo es tan admirado como reacio a dejarse ver en público. No frecuenta ni los medios de comunicación pese a sus novedades editoriales. De ahí que, a principios de este mes, la librería que se apuntó el tanto con su presencia se descosiera por las costuras. ¿Quién dijo que los libros no pueden ser un espectáculo? El agobio era tal que se registró algún desmayo. Esa fue una de las interrupciones que hizo DeLillo. La otra fue para llamar la atención a un espectador que quiso retratarlo. "Hemos quedado que fotografías no", dijo con un tono que sonó tajante.

Point Omega,según su propia definición, se compone de "un prólogo y un epílogo en blanco y negro, y de un cuerpo central en color". Las partes inicial y final son una reflexión sobre una experiencia visual que él tuvo en el MoMA de Nueva York, Psycho 24.Consistía en el pase de la película Psicosis de Hitchcock, a velocidad lenta, por lo que las dos horas de duración se prolongaban un día. El cuerpo central cuenta el retiro en el desierto de un intelectual (Richard Elster) que colaboró con la administración para diseñar la invasión de Iraq. Hasta su refugio acude un cineasta (Jim Finley), que trata de convencerle para que se convierta en el protagonista de su documental. "La guerra crea un mundo cerrado para los combatientes y los conspiradores, los estrategas. Su guerra son acrónimos, proyecciones, metodologías... creen que envían a un soldado a un punto en el mapa". Es la reflexión de Elster, un intelectual que justifica sin sonrojo el envío de jóvenes soldados al matadero de una conflagración innecesaria. Sus argumentos son abstractos, pero, de repente, comprende el sentido de la muerte. Tras presentarse sin aviso, su hija desaparece. Surge el dolor.

Uno de los admiradores le comenta si ha sido intencionado el no profundizar más en la guerra de Iraq. "Viene determinado por la arquitectura de la novela, que es un relato sobre el tiempo y la pérdida".

"Honestamente, no lo sé", replica cuando le interrogan sobre el efecto de su obra en la audiencia. "Trabajo página a página, frase a frase. No pienso en términos largos. Me veo como un escritor de párrafos. Al construir una novela, nunca hago un guión, sólo tengo una idea" .

Explica las razones de pensar en blanco y negro. En Point Omega,la inspiración es una película carente de color. En otros casos, como Underworld, porque son recuerdos de partidos de béisbol vistos en televisión cuando todavía no se había pintado la pantalla. O Great Jones Street (1973) es en blanco y negro porque "vivía en blanco y negro en aquella época".

Otro lector se interesa por su visión de la sociedad actual y la influencia en su tarea. "Ha cambiado mucho. Cuando era un escritor joven, me parecía vivir un tiempo curioso. Me refiero a Nueva York. Era una época medieval.

Liberaron a los ingresados en los psiquiátricos y las calles se llenaron de gente sin techo, que se refugiaba en cajas o en coches. Esto afectó a mi memoria y a la meteorología, siempre gris, frío y oscuro...".

Se toma un respiro. "En el país, en general, los medios de comunicación han adquirido mucha más fuerza, no podemos ver o sentir las cosas independientemente de los medios. Parece que estamos implicados en las cosas incluso cuando se refiere a dos personas comiendo en soledad. Los medios están en todas las partes. Las consecuencias de esto aún no están claras". De su obra sólo considera que, con los años, ha ganado en interés. (Pausa). "...no necesariamente para los lectores, pero sí para mí".

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