23.3.10

La delirante historia de los 'parashakespearianos'

Francis Bacon, el conde de Óxford y Christopher Marlowe, los candidatos

William Shakeaspere. fOTO:AP.fUENTE:elmundo.es

"La verdadera identidad de William Shakespeare (1564-1616) ha sido desde siempre motivo de duda y sobre ella se han constituido diversas teorías conspirativas. Las tres principales son la de Francis Bacon, la de Edward de Vere, Conde Oxford, y la de Christopher Marlowe. El escritor James Saphiro, profesor de Columbia y experto en el bardo inglés, acaba de publicar un nuevo libro en el que se sumerge y examina los orígenes de estas teorías, a veces disparatadas.

Las suspicacia sobre la identidad de Shakespeare, según Saphiro, no surgen hasta 200 años después de su muerte, cuando, en el siglo XIX, los románticos empiezan a cuestionar la figura de Shakespeare. Consideraban que la obra de cualquier escritor debía reflejar su vida interior, y el poeta de Stratford, que escribía por dinero, para pagar sus deudas, no era suficientemente puro. No es casualidad que en ese periodo se empezara a cuestionar también la figura de Homero y la autoría de los evangelios.

En el libro 'Contested Will: Who wrote Shakespeare?', Saphiro realiza un recorrido histórico por cada una de las teorías que han rechazado la existencia de un tal Shakespeare para, al final, dar su veredicto sobre la teoría: ¿aceptada o refutada?

Teoría baconiana

En 1857 la estudiosa estadounidense Delia Bacon publicó un estudio en el defendía que Shakespeare era demasiado «estúpido, analfabeto", un simple "actor de tercera categoría» incapaz de haber escritor una obra con «los últimos refinamientos de la más alta educación parisina». Y eligió al poeta, filósofo, científico y estadista Sir Francis Bacon (con el que no guardaba ningún parentesco) como el auténtico autor de la obra de Shakespeare.

Delia se basaba en que Francis Bacon, pese a ser un político en las cortes de Isabel I y de Jaime I, era en realidad un republicano y odiaba el despotismo de la Reina, coincidiendo con su análisis de la obra Shakespeare. Según esta argumentación, a Francis Bacon (1561-1626) le hubiera sido imposible escribir contra el despotismo monárquico sin ese pseudónimo.

Delia Bacon murió en 1859, mentalmente desequilibrada, dos años después de publicar sus hallazgos. Sin embargo, tras su muerte, discípulos suyos prosiguieron sus estudios. La conocida afición de Francis Bacon por los códigos provocó que los estudios se centraran en el análisis de sus criptogramas. Algunos de ellos, bastante jocosos.

El físico de Detroit Orville Ward Owen inventó una máquina decodificadora con este fin. El invento consistía en una especie de lienzo de 300 metros en el que colocó toda la obra de Bacon y, al darle la vuelta, descubrió que Bacon no sólo era Shakespeare sino que, además, era hijo de ilegítimo de la Isabel I y el Conde Leicester. Por tanto, era el heredero por derecho al trono. De ahí la conclusión de que la tragedia de Shakespeare no era más que el enfado de Bacon por serle privado este derecho.

Los resultados del experimento, según Owen, también revelaban que los manuscritos originales, escritor en puño y letra, se encontraban en el fondo del río Severn, en un contenedor. Owen dragó las profundidades del río sin éxito. Veredicto de Saphiro: teoría refutada.

Teoría oxoniense

Otra alternativa muy popular sobre la identidad de fue la de Edward de Vere, 17º Conde de Oxford (1550-1664). Al igual que con Bacon, no había conexión alguna entre él y Shakespeare. Oxford murió en 1604, antes de que Shakespeare escribiera la mayoría de sus obras. Pero sus partidarios se basaban en tres puntos: en los conocimientos de cetrería, de viajes y sobre la aristocracia; en que tenía tres hijas, al igual que el Rey Lear; y en que su mujer tenía la misma edad que Julieta cuando se casó con Romeo.

Todas estas pruebas fueron publicadas por JT Looney en el año 1920. Otro hecho curioso que apunta Saphiro es que el análisis de la obra del bardo que hace Looney es completamente opuesto al que hace Delia. Delia define su obra como republicana, mientras que Looney cree que promueve el despotismo feudal, como lo hacía el propio Oxford.

Muchos estudiosos creyeron la teoría oxoniense. Uno de ellos fue Sigmund Freud, que relacionó el complejo de Edipo de Hamlet con el de Oxford, que vio como su madre se casaba con otro hombre al morir su padre. La teoría oxoniense propsperó y en el año 1922 se creó la Hermandad de Shakespeare, que defendía la creencia de que el Conde Oxford era el hijo de Isabel I y también su amante. Y Oxford no sólo era el autor de la obra de Shakespeate sino también de la de Marlowe y la de Thomas Kyd y Edmund Spenser.

En 1946, el presidente de la Fraternidad, harto de no poder demostrar éstas creencias, decidió acudir a una medium, que se lo confirmó todo y se quedó tranquilo. A finales del siglo XX se produjo un resurgimiento de esta teoría. Entre los partidarios, figuraban algunos de los mejores intérpretes de Shakespeare, como Derek Jacobi o Mark Rylance. ¿Nuevas pruebas sólidas? Las mismas de siempre: ninguna. Veredicto de Saphiro: teoría refutada.

Teoría Marloviana

La tercera de las teorías conspirativas es la de Christopher Marlowe. Sus partidarios parten de que Marlowe, como Shakepeare, nació en 1564, y sostienen que Marlowe fingió su muerte y siguió escribiendo bajo el nombre de Wiliam Shakespeare. Mientras no se demuestre lo contrario, Marlowe murió asesinado en circunstancias misteriosas, después de haber sido detenido acusado de blasfemo en 1593.

Otro de las bases que soportan esta teoría es que Marlowe, cuando fue estudiante de Cambridge, ejerció también de espía, ausentándose largas temporadas de la universidad. Se cree que 'prestó servicios' en la corte francesa, lo que explicaría el conocimiento de la aristocracia que se destila en la obra de Shakespeare. ¿Y nada más? Pues no. Veredicto de Saphiro: teoría refutada.


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