19.7.12

¿Este libro es suyo?

 La Biblioteca Central de Berlín quiere restituir las bibliotecas expropiadas

Libros robados por los nazis que  buscan sus dueños. foto.fuente:elmundo.es

Los fondos de la Biblioteca Central de Berlín están llenos de libros robados por los nazis a sus legítimos propietarios y quiere devolverlos. El problema es que no sabe a quién, ya que los secuaces de Hitler no se tomaron demasiadas molestias en documentar cuándo y a quién les fueron expropiados. Por eso está colgando en su página web los datos de más de 200.000 libros, con la esperanza de que los propietarios los identifiquen y los reclamen.
Hasta ahora hay datos expuestos de casi 5.000 ejemplares. No es tarea fácil porque además de los datos de cualquier listado bibliográfico, es necesario fotografiar cualquier signo que pueda servir para la identificación, como dedicatorias manuscritas, sellos, firmas o separadores de páginas que se hayan conservado junto con el libro.
"Los lectores alemanes tienen costumbre de identificar los libros de su biblioteca personal con sellos diseñados por ellos mismos y hemos reunido una extensa colección de estos sellos que los herederos podrán identificar fácilmente", señala la responsable de esta misión imposible, Annette Gerlach. "En otros casos los datos que pueden ayudar en la búsqueda son muy personales, como la dedicatoria de un enamorado a su novia, que posiblemente sólo los descendientes, si es que los hay, podrán reconocer", explica.
La mayoría de los volúmenes no tienen un gran valor económico, pero la Biblioteca ha considerado que el valor sentimental es enorme, puesto que la expropiación de libros procede fundamentalmente de bibliotecas personales que de personas que fueron deportadas a los campos de concentración o que murieron en las cárceles de la Gestapo. Por eso la institución considera una responsabilidad pública la operación y está dedicando importantes recursos a ella. Aquellos libros que no contienen ninguna marca específica e imposibles de adjudicar a ningún propietario continuarán manteniendo de momento la clasificación de "bienes culturales robados" y es posible que, al final del proceso, junto con el resto de libros que no hayan sido reclamados, pasen a formar un fondo de consulta pública.
"Las nuevas tecnologías nos permiten ahora abordar esta tarea que hace sólo unos años se nos presentaba como imposible. Hoy casi cualquiera puede consultar en internet y nosotros podemos poner a disposición de todos los datos sobre los libros", dice la responsable del proyecto, que no teme a la picaresca ni se imagina la posibilidad de que alguien trate de aprovechar la ocasión reclamando libros que no son suyos. "Bueno, trataremos de probar en lo posible que las personas que los reclamen son quienes dicen ser y que su relación con los libros es real, pero créame que no puedo imaginar que nadie trate de aprovecharse de algo así".
Todas las expropiaciones tuvieron lugar entre los años 1933 y 1945. Fueron arrebatados violentamente o expropiados según las leyes discriminatorias del Tercer Reich. La devolución a sus propietarios de entonces no es posible en la mayoría de los casos porque fallecieron, pero "se trata de una obligación moral, al menos intentarlo hasta donde podamos, y dar la oportunidad a sus descendientes o herederos de recuperar esos bienes", insiste Gerlach, muy interesada además en el resultado secundario que obtendrá la Biblioteca Central de Berlín, es establecimiento definitivo de sus fondos editoriales legítimos y la conciencia tranquila de haber hecho todo lo posible para devolver lo que no es suyo.

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