22.6.12

Derecho de autor exprés

El experto en propiedad intelectual advierte que la legislación colombiana sobre el tema perjudica a bibliotecas y universidades

Michael Carroll, experto en propiedad intelectual y derechos de autor. foto: Gustavo Torrijos.fuente:elespectador.com

Pocos días antes de que el Congreso aprobara a toda marcha la actualización de la legislación sobre derechos de autor, de cara a la entrada en vigencia del TLC, un nutrido grupo de académicos y abogados le envió una carta a la corporación pidiéndole que reconsiderara su predecible decisión.
En el documento se leía: “Encontramos que muchos de los cambios que aumentan la protección de los derechos de autor van más allá de lo que requiere el TLC e, incluso, son más restrictivos que la legislación de Estados Unidos. Además, notamos que los legisladores no parecen aprovechar esta oportunidad para recalibrar el balance entre los derechos de los autores y los demás ciudadanos…”.
Michael Carroll, profesor de derecho de la American University, y miembro de Creative Commons, fue uno de los firmantes del documento.
¿Qué piensa de la ley ahora que ya fue aprobada?
Es lo que es, un proyecto que fue aprobado con demasiada prisa. Lo que sucede muchas veces, con iniciativas que se hacen tan rápido, es que luego toca volver a ellas para hacerles mejoras. Y esto sería beneficioso para todos.
¿Cree que estas mejoras se harán?
Es una cosa que no se puede predecir. Pero la respuesta sería sí, si la base de usuarios que se beneficiaría con estas mejoras se moviliza. Si hay presión social. Todo esto también dependerá de qué tan duro se aplique la ley porque, de ser muy fuerte, va a generar una respuesta de los usuarios. La cosa es que muchas personas en la calle no sienten la presión de la legislación sobre derechos de autor. Lo frustrante es que esta presión sí la sienten ciertas instituciones, como bibliotecas y universidades. Y son éstas las que salen lastimadas por la falta de flexibilidad en la legislación.
¿Por qué firmó la carta?
Queríamos dejar claro que si los derechos de los autores van a ser reconsiderados entonces también se debe hacer esto con todo lo demás. El punto de la carta era decir que hay espacio en la ley para mirar todo el cuadro, no sólo una parte de éste. Teníamos una preocupación y era que, debido a que la legislación sobre derechos de autor fue discutida en el marco del Tratado de Libre Comercio, esta presión externa se malinterpretara y se asignara un peso mayor de lo que realmente tiene. Incluso con el TLC hay suficiente espacio para que haya excepciones y limitaciones en la ley colombiana. En ese momento nos preguntábamos por qué se está apurando tanto la conversación y por qué está siendo definida tan estrechamente.
La firma de este tipo de tratados se está haciendo cada vez más común. ¿Es una tendencia peligrosa desde el punto de vista de los derechos de autor?
Los gobiernos que se sientan al otro lado del TLC deben ser más cuidadosos con lo que están entregando cuando firman esos tratados. Incluso le hemos indicado al gobierno de Estados Unidos que esto no es una buena política. Compañías como Google y Apple necesitan cierta flexibilidad en los mercados a los cuales quieren ingresar. Por ejemplo, las comedias que hacen uso de la parodia para contar sus historias, que se burlan de la cultura popular y de trabajos protegidos con derechos de autor serían ilegales en un país como Colombia, teóricamente. Y esto es algo que no le interesa ni siquiera a los Estados Unidos. Debe haber un fin para esto. Debe haber un balance en ambos lados del tratado.
¿Cómo llegar a ese balance?
Cuando el poder económico comience a cambiar un poco. Cuando el sector tecnológico emplee más personas y sea más importante para la economía que la industria productora de contenidos. Los esfuerzos de esta última para endurecer las leyes de derecho de autor son intentos por controlar el ambiente hasta que se den cuenta de cómo lidiar con internet. Esto no es posible porque el ambiente es dinámico y producirá nuevas tecnologías y plataformas para acceder al contenido.
Uno de los problemas que hay es que hay pocas respuestas legales al endurecimiento de la legislación sobre derechos de autor...
Lo que vemos hoy en día es que la sociedad civil está respondiendo con una actitud positiva mediante propuestas que apunten a responder qué hacemos para que el ecosistema de la información sea más incluyente, menos desbalanceado.
¿Propuestas como cuáles?
Las licencias abiertas aplicadas a cosas como educación. Incluso en Estados Unidos hay una tendencia creciente de parte de los estados a decir que no quieren gastar más en libros de texto, cuando lo único que compran con ese dinero es una copia del libro. El cambio se está dando hacia libros de texto con licencias abiertas en las que se les paga al autor y al editor por su trabajo, pero la obra puede ser compartida y mejorada sin tener que pagar una y otra vez por el mismo documento. Los estados de Washington, Utah y próximamente el de California están destinando cada vez más dinero para producir textos con licencias abiertas porque, dicen, el costo de estos productos en el modelo tradicional está excluyendo del sistema educativo a las personas, que a veces tienen que pagar más por estos recursos que por la matrícula.

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