21.6.12

El hijo transexual de Hemingway

John Hemingway, nieto del escritor, narra la problemática relación entre su padre y su abuelo en un nuevo libro. Una historia escandalosa que no tuvo un final feliz

Ernest Hemingway jámas aceptaría siendo un macho alfa, que un retoño de su sangre haya resultado transexual.foto.fuente:revistaarcadia.com

Gregory, el hijo menor del escritor Ernest Hemingway, nació en Kansas en 1931 y murió en 2001 en Miami, tras sufrir un infarto mientras cumplía condena por exhibicionismo en una cárcel de mujeres. ¿Por qué de mujeres? Pues a mediados de los 90 se sometió a una operación de cambio de sexo y desde ese momento pasó a llamarse Gloria.
Para el escritor de “El viejo y el mar” no fue fácil aceptar los particulares gustos de Greg, quien antes de tomar la decisión de convertirse en mujer tuvo siete hijos. Entre ellos estaba John, que ahora publica el libro Los Hemingway, una familia singular (Planeta), en el que trata de entender su pasado.
Según John, Greg sufrió mucho durante su vida. “Padecía graves trastornos psíquicos, con depresiones que lo postraban en la cama sin ganas de nada –aseguró John al diario español El Mundo–. Aun así siempre se esforzó por estar cerca de sus hijos y ayudarlos en lo que pudo".
Sobre la relación entre su padre y su abuelo comentó: "Eran demasiado parecidos. Los dos tenían un carácter fuerte, los dos abusaban del alcohol y los dos eran bipolares". En su investigación, el nieto de Hemingway rompe la imagen que se ha tenido del escritor a lo largo de la historia, quien generalmente ha sido representado como un macho hipermasculino. "Mi abuelo no era homosexual –afirmó John–. Solo digo que sentía la necesidad de explorar su lado femenino, como todo hombre con cierta curiosidad".
A pesar de esa aparente afinidad, la relación entre Greg y Ernest nunca fluyó y dio origen a dolorosas cartas. El autor decía que su hijo era un “delincuente adolescente” y un “buitre”, con una “condición patológica”. Greg, por su parte, alguna vez le escribió: “Monstruo abusivo empapado en ginebra, mierda egocéntrica, cabronazo. Morirás sin que nadie te llore y básicamente sin que nadie te quiera a no ser que cambies, papá”.
A pesar del tono dramático de la historia, en la que Greg ocupa el papel de víctima, la tesis de John Hemingway en el libro es que su padre no fue en absoluto una “oveja negra” o una “manzana podrida” en el seno de la familia, sino un producto de la misma.

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