Desocupado lector
Por Carolina Sanin
Al tiempo que constituye un análisis del tejido social de Valledupar, Líbranos del bien, el complejo libro periodístico de Alonso Sánchez Baute, contiene una reflexión esencial sobre el género de la novela; en concreto, sobre la construcción de un personaje
A través del seguimiento de Ricardo Palmera y Rodrigo Tovar Pupo, dos coterráneos que se convirtieron en protagonistas del conflicto colombiano, el autor muestra cómo el proceso que lleva de la paz a la guerra implica transformaciones individuales que llevan a los hombres a cruzar irreversiblemente la frontera entre lo doméstico y lo público y a pasar, entre tanto, de ser personas a ser personajes: versiones parciales e hiperbólicas de sí mismos.
Ese problema real y literario de la identidad está lejos de ser el único que intuye Sánchez Baute al escudriñar la sociedad vallenata. Años después de haber sido excluido por declararse homosexual, el escritor regresa a su ciudad para investigar sobre los dos personajes mencionados, cuya opción sanguinaria es, para muchos, más aceptable que la homosexualidad. Sobre este telón de fondo, el libro pasa revista al machismo, la violencia doméstica, la exclusión, la desigualdad, la complicidad, la hipocresía, la familiaridad con el mal y las contradictorias justificaciones del “bien” que campean por Valledupar.
El escritor regresa a su tierra para escuchar. Le es dado entrar en las casas de algunos de sus vecinos, donde habla con los patrones y con la servidumbre. Oye durante días a una matrona que encadena recuerdos de asesinatos, robos de tierras y secuestros con recetas culinarias, comentarios sobre la remodelación de su cocina y juicios monolíticos acerca de los papeles del hombre y la mujer. El lector tiene la sensación de que el escritor ha vuelto para que quienes se han quedado le expliquen, a través de las historias de quienes se fueron para siempre, lo que ha pasado en su propia casa durante su ausencia: cómo es que lo que era una casa se ha convertido en un campo de batalla.
Pero Sánchez Baute también regresa a Valledupar con una casa nueva a cuestas: con el proyecto de su libro, cuya marca es la hospitalidad. Líbranos del bien se escribe con voces ajenas; es un espacio dedicado a cuantos testimonios, opiniones y versiones de la historia quieran entrar en él. Su tono es conversacional, a veces espontáneo, a veces proverbial. El libro se lee como un capítulo de la tradición oral vallenata.
elespectador.com
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