Junot Díaz se presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires y demostró que, además de ser un excelente escritor, es tremendamente lúcido con respecto a los alcances de su comentadísima y premiada novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Habló sobre todo del lenguaje, que es el mayor valor del libro. La Revista Ñ resume así su presentación en la Feria:
A sala llena, Junot desplegó sin tregua empatía y buen humor ante las preguntas de la periodista Patricia Kolesnicov y luego del público. Un desfile inagotable de bromas ácidas y agudas reflexiones. Ya de entrada disparó: "Cuando mis amigos me dicen 'tú capturaste la vaina dominicana', yo digo 'toma una página de esta novela y trata de leerla en público, sonarás como un pariguayo' (neologismo a partir del inglés, party watcher: 'el que mira las fiestas', sin participar)". La novela le tomó once años de trabajo y una escala en México D.F. para buscar inspiración después de tres años de desasosiego, en los que escribía y tiraba páginas a ritmo vertiginoso -"era mierda", dijo-. "Quería incluir la mezcla de los idiomas y la historia del Trujillato", contó el escritor, hijo de un militar defensor del dictador dominicano. "A veces, experiencias como las de la dictadura se entienden mejor con géneros alejados del realismo". Y puso el foco en el mix lingüístico. "En Estados Unidos por un lado se sostiene que solamente se puede hablar inglés; y por otro lado, hay un espacio enorme para que una comunidad de inmigrantes defienda y mantenga sus raíces. Quise explorar e iluminar cómo conviven el inglés y el español: es como una foto de lo que esta pasando en la comunidad dominicana. Y también una forma de recordar que no se puede reducir a nadie a una fórmula."
notasmoleskine.blogspot.com
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