8.5.09

Lectores y lectoras



Por Fernando Quiroz
La Academia no se convertirá en feminista militante, entre otras razones porque la lengua no evoluciona por mandato.

Lo confieso: escribo esta columna con el temor de ser malentendido. O, más claramente, con la certeza de que seré malinterpretado por muchas lectoras. Que no faltará la que me tilde de machista. Por eso advierto —y mi mujer lo sabe mejor que nadie— que no solo no soy de los que siguen creyendo estúpidamente en la superioridad del hombre sobre la mujer, sino que además estoy convencido de que las mujeres han demostrado ser más hábiles, más consistentes, más disciplinadas y más persistentes en muchísimos de los cargos y de los encargos que antes estuvieron proscritos para ellas. Que por lo general confío más en las empresas dirigidas por mujeres. Que suelen tener un ojo más agudo. Que la naturaleza, al entregarles a ellas la posibilidad de la procreación —aunque cierto es que la mitad de la información genética corre por cuenta nuestra— también les dio un carácter y un instinto para conservar la especie, y que se deja sentir, así mismo, a la hora de salvar causas perdidas y de enderezar proyectos que van camino del abismo.

Dicho lo anterior, y aun a sabiendas de que muchas estarán pendientes de ver en dónde peco contra ellas, me ocupo de lo que me interesa en esta oportunidad, que es un seminario que por estos días tiene lugar en el Monasterio de Yuso, en La Rioja, España, denominado ‘Mujer y lenguaje en el periodismo en español’. Uno de los puntos clave del encuentro y, con seguridad, de las discusiones más acaloradas, tiene que ver con el debate de si se debe promover el cambio hacia un lenguaje menos sexista.

Interrogado al respecto, el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, humanista ejemplar a quien hemos tenido la oportunidad de ver y de oír en Colombia, aseguró que la Academia no se convertirá en feminista militante, entre otras razones porque la lengua no evoluciona por mandato. E ilustró el punto con el siguiente comentario: “No podemos llegar a algo tan ridículo como decir ‘voy a ir a verte con mis hijas y mis hijos para estar con tus hijas y tus hijos’ ”.

Comenté el tema con una amiga que tiene por oficio descubrir gazapos y enmendar textos que han quedado mal construidos, y a manera de respuesta me entregó otro ejemplo de lo que podría llegar a suceder con nuestro idioma si seguimos tan susceptibles con el tema de género. Me aseguró que no le extrañaría que en poco tiempo ya no se diga que el perro es el mejor amigo del hombre, sino que, en aras de la igualdad, se diga que el perro y la perra son los mejores amigos y las mejores amigas del hombre y de la mujer. Oímos, cada día más, discursos que comienzan con la fórmula de “colombianos y colombianas”, casi siempre pronunciados por políticos que temen perder el voto de las mujeres. Digo mal, de las feministas a ultranza, que parecen ser las únicas preocupadas con el tema. Las mismas que proponen que se hable de los enfermos y las enfermas cuando el médico de turno hace un recuento de los pacientes del día.

Les pregunté a varias mujeres, empezando por mi esposa, y me dicen no sentirse agredidas cuando se habla, por ejemplo, de colombianos, para hacer referencia a los nacidos en Colombia, sean hombres o mujeres. Se sienten incluidas. No se consideran maltratadas. Piensan que quienes se ofenden es porque han llevado el tema del género a una militancia extrema y de evidente y a veces enfermiza susceptibilidad.

Propongo, sin embargo, que aquellas que se sientan indignadas con un idioma al que consideran sexista, empiecen a hablar de colombianas para hacer referencia a todos nosotros. Sí, personas colombianas. Pero no nos desgastemos más en una propuesta que le quita estética y ritmo a una lengua hermosa como el castellano (lengua, por cierto, palabra femenina bella y sonora con la que trabajo todos los días). Y que le quita tiempo a quienes deben oír con frecuencia los discursos de aquellos que van tras el voto de los ciudadanos y de las ciudadanas.



cambio.com.co

No hay comentarios: