13.5.14

Transatlántica

 Más allá de la disparidad y de la actualidad, este País imaginario se convierte en un viaje posible al sur del Río Grande, donde cabe destacar también la inclusión del ámbito brasileño

Collage América.Agustín Calvo./revistadeletras.net



Fondo de Cultura Económica
Fondo de Cultura Económica
Tras aquel estupendo volumen antológico, edición de Benito del Pliego, que no sólo recogía, bajo el significativo título de Extracomunitarios (Fondo de Cultura Económica, 2013) y evidenciaba la presencia de poetas latinoamericanos en España, sino también su aportación significativa, -sin atenuar, entre la aceptación y la reticencia, las fronteras impuestas por un DNI para residentes extranjeros- en la vida cultural española, recogiendo una selección de la obra de 9 autores: José Viñals, Isel Rivero, Ana Becciú, Mario Merlino, Yulino Dávila, Magdalena Chocano, Mario Campaña, Andrés Fisher y Julio Espinosa, poetas que residen o han residido, durante una parte importante de sus vidas, en España; y que ya ponía de manifiesta lo incierto o, tal vez, simplificador que supone la denominación de poesía latinoamericana para referirnos a la producción literaria de poetas provenientes de los diferentes países de habla española del continente americano.
Amargord
Amargord
Recientemente, una nueva vuelta de tuerca se ha producido con la aparición de País imaginario (2014) en la colección Once de Amargord ediciones, con el subtítulo de Escrituras y transtextos. Poesía en América Latina 1960 – 1979, edición de Maurizio Medo, selección y notas de Mario Arteca, Benito del Pliego y Maurizio Medo, que cuenta con unos estupendos y documentados artículos iniciales, donde se replantea la conveniencia conceptual e idiomática del territorio latinoamericano o hispanoamericano para referirse a la poesía que se viene desarrollando en países tan diversos, por sus acentos e idiosincrasia; y también sobre los paralelismos, complejidades y diferenciaciones que se pueden establecer; así como las relaciones, por esa convención necesaria, y no por ello menos lugar común, llamada “una misma lengua”, entre los países latinoamericanos entre ellos y, a su vez, los vínculos, afectos y desafectos, que se crean con España y con los EEUU; con el añadido, como decíamos, ya evidenciado en Extracomunitarios, de que en estos países residen o han residido algunos poetas latinoamericanos relevantes. Más allá de la disparidad y de la actualidad, este País imaginario se convierte en un viaje posible al sur del Río Grande, donde cabe destacar también la inclusión del ámbito brasileño (tantas veces considerado hermano y tantas otras considerado ajeno). Entre los más de 40 poetas incluidos en la antología, podemos encontrar a Edgardo Dobry, Martín Gambarotta, Rocío Cerón o Pedro Montealegre.
A raíz de estas magníficas ediciones antológicas, se impone una reflexión sobre la presencia o el conocimiento de la poesía latinoamericana contemporánea es España, pues por un lado encontramos la oficialidad de las relaciones literarias, enmarcada magníficamente en los grandes premios como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o el propio Cervantes (recordemos que en el 2011 fue otorgado al imprescindible antipoeta Nicanor Parra) que destacan autores consagradísimos, publicados por las editoriales españolas de mayor difusión y, por tanto, ya bastante conocidos en el ámbito poético de nuestro país; mientras que, por otro lado, medianas y pequeñas editoriales se están esforzando en la actualidad por traer no lo ya conocido y premiado, sino la actualidad de la literatura latinoamericana.
Así, encontramos que la misma editorial Amargord, desde la colección Transatlántica, bajo la batuta de Juan Soros, está creando un gran catálogo de poetas del otro lado del Atlántico, entre los que podemos encontrar a autores de gran relevancia como Viel Temperley (del que han editado su obra completa), Raúl Zurita o Santiago Sylvestre.
Y, en este mismo sentido, debemos subrayar la esforzada labor que está llevando a cabo, con gran ambición, una pequeña editorial cacereña: Ediciones Liliputienses, comandada con coherencia por el también poeta José María Cumbreño, que realiza ediciones españolas de obras de algunos interesantísimos poetas como Luis Arturo Guichard, Alejandro Méndez, Jeymer Gamboa, Patricio Grinberg, poco conocidos en España, o del imprescindible Eduardo Chirinos.
Por otro lado, desde Barcelona, la joven Kriller71 Ediciones, dirigida por Aníbal Cristobo, viene propiciando la edición de poesía latinoamericana, así como la traducción de poetas norteamericanos actuales (como Mary Jo Bang) y también brasileños, como Arnaldo Antunes, Manoel Ricardo de Lima o Paulo Leminski, y promete seguir sorprendiéndonos y ampliando un catálogo que es, a día de hoy, brillante y excepcional.
Y así podríamos continuar citando a editoriales como Candaya, Luces de Gálibo, El Gaviero, etc. que cuentan en su catálogo con algún autor latinoamericano contemporáneo. Además, un artículo aparte merecería la gran labor de la editorial hispano-mexicana Vaso Rato; y otro, de la misma manera, para no soslayar el trabajo -aún más soterrado- de algunas publicaciones periódicas especializadas en poesía, que ayudan al conocimiento actualizado entre las dos orillas del Atlántico, y que siguen editándose milagrosamente.
Por último, sobre los poetas jóvenes latinoamericanos residentes en España y su relación con el país de acogida, podemos mencionar la edición de Madrid, línea circular (La Oficina ediciones, 2013), de Martín Rodríguez-Gaona, (Premio Ciudad de Cáceres de Poesía, 2011), una mirada muy interesante sobre la capital de España, desde el hoy y en contraste con su pasado y sus contradicciones.
Es obvio que internet ha facilitado el conocimiento y las relaciones culturales transatlánticas; sin embargo, la falta de criterio que la red propicia no ha ayudado siempre a difundir lo mejor, -tanto de las diferentes realidades nacionales como de la actualidad cambiante de la poesía latinoamericana-, en nuestro país. El esfuerzo de estas editoriales medianas y pequeñas por no publicar lo evidente o lo consagrado, y por rastrear tanto las relaciones poéticas sin fronteras políticas, como los mil caminos que se están abordando en la poesía de los diferentes países americanos, merece no solo un mayor reconocimiento y presencia en los medios de comunicación, sino también que los lectores españoles apoyen su compromiso firme por la buena poesía.

No hay comentarios: