21.3.12

El pensamiento en vías de extinción

Queridísimos intelectuales, este documental retrata el tiempo vivido que no volverá a suceder y una raza, la humana, que lleva desde siempre dándole vueltas a lo mismo
Carlos Cañeque explora los temas fundamentales desde los intelectuales.foto:internet.fuente:lainformacion.com

El ganador del premio Nadal Carlos Cañeque se pasa al formato audiovisual para seguir explorando los grandes temas de la humanidad, como la vida, la muerte, el tiempo o el sexo, a través de sus "Queridísimos intelectuales (del placer y el dolor)", con ayuda de Fernando Savater, Román Gubern o Carrillo.

Este documental retrata el tiempo vivido que no volverá a suceder y una raza, la humana, que lleva desde siempre dándole vueltas a lo mismo. Pero Cañeque se acerca a la reflexión no desde el patrimonio teórico de sus entrevistados, sino de la experiencia en primera persona de esa "especie en extinción" que es el pensamiento de las generaciones anteriores.

"El papel del intelectual es muy pobre hoy en día. Es un tipo desconcertado que ha publicado libros muy serios en los 80 o los 90 y, de repente, se encuentra con que los editores, si van con un libro serio, les dicen algo humillante: que bajen el nivel", explica en una entrevista con Efe Cañeque, ganador del premio Nadal con su novela "Quien".

Tomando premeditadamente a personalidades célebres, pero también a otras "de las que no hay ningún vídeo en YouTube", como el escritor Javier Tomeo o el catedrático de Sociología Carlos Moya, Cañeque se acerca a esa intelectualidad con una frescura que vaya dilatando el que considera un proceso irremisible por el que "las universidades van a ser progresivamente museos".

La gravedad combinada con la liviandad y lo elevado de la mano de lo cotidiano es la combinación no tan mágica a la que el realizador aspira, ayudado por la obra pictórica de Maite Grau, que ha pintado 209 cuadros para el filme.

"El placer y el dolor es hablar de la vida, porque nos afectan a todos. Uno puede citar a Freud hablando del orgasmo, pero nada como hablar de la experiencia. A los entrevistados, casi todos amigos, les di varias orientaciones, entre ellas no hablar de política, porque eso sería repetir a los personajes que ya conocemos", asegura Cañeque.

Sin embargo, este documental que aspira a fomentar la espontaneidad ante la cámara, como hizo Jaime Chávarri con la familia Panero en "El desencanto", pero ahora desde la cordura, acaba arrancando relevantes declaraciones a sus protagonistas, como cuando Santiago Carrillo asegura haber desestimado un atentado a El Pardo en los últimos años de dictadura franquista.

"Creo que eso es una primicia. Fue una confesión de Santiago Carrillo hecha cuando pensaba que no teníamos la cámara. He estado jugando a cogerles cosas que pensaban off the record y esa es una frase muy fuerte", explica el realizador y escritor.

El catedrático de Estética Xavier Rubert de Ventós -el más pesimista, según Cañaque-, la escritora Nuria Amat, la psicóloga, editora y productora Elena Ochoa -que aceptó participar solo si no hablaba de sexo-, el ex ministro de Universidades e Investigación Luis González Seara y el escritor Antonio Soler completan la lista de esos "Queridísimos intelectuales".

Todos ellos "son personas con mucha energía, que han vivido según sus perspectivas. Y todos son agnósticos, algo que se le podría hasta criticar a la película, que si bien cubre todo el espectro político no sucede lo mismo con el religioso", reconoce Cañaque.

"Queridísimos intelectuales", rodado en entrevistas de entre tres y seis horas con cada uno de los protagonistas -y de cuyo material restante Cañeque prevé hacer una secuela o incluso una trilogía- van enlazando innumerables temas.

La ironía, la vanidad, la libertad o las drogas, la locura o la vejez son los asuntos que recorren, pero asumiendo con cierta amargura el paso del tiempo, no solo por lo que les envejece, sino porque convierte en irrepetible aquello que vivieron.

"La vejez es una presencia en la película. Es una humillación y, si no fuera porque todo el mundo envejece, la vejez sería una enfermedad", dice el director, que pese a todo considera que su filme tiene un carácter "tonificante" y "vitalista" pero que no evita que "la lucidez que a veces es muy dolorosas".

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