Patricia Llosa, su mujer, contó que el Premio Nobel había considerado absurda la discusión suscitada en Buenos Aires. Desmintió sus comentarios en Facebook y confirmó que vendrán a la Feria argentina
En medio de la polémica que se suscitó a partir de la invitación a Mario Vargas Llosa para inaugurar la Feria Internacional del Libro y los sucesivos reclamos de intelectuales cercanos al gobierno argentino para que se revea esta decisión, el escritor peruano dijo hoy que se trataba de una discusión absurda pero expresó su deseo de poder pronunciar su discurso sin problemas ni incidentes en la Feria argentina. Luego, en una charla magistral en México, sostuvo que la literatura política está "irremediablemente condenada a fracasar".
La primera reacción del escritor se conoció a través de Patricia Llosa, su mujer, que más tarde habló con Ñ digital. Ella dijo que Vargas Llosa no quiere de ninguna de manera ir a Argentina a abrir una polémica o armar un escándalo pero que vendrán de cualquier manera. "Ha considerado que todo es absurdo", consideró, en relación a la polémica que se originó en el país luego de que intelectuales cercanos al gobierno pidieran que no participe de la inauguración de la próxima Feria. "La Feria del Libro es un espacio para la literatura", opinó el escritor, según contó su mujer. Entrevistado por el diario español El País, Vargas Llosa también dijo:"Me parece muy lamentable que alguien quiera vetarme en Argentina, porque la única vez en que me ocurrió eso fue durante la dictadura militar, cuando un general que se llamaba Harguindey prohibió dos de mis libros, "Pantaleón y las visitadoras" y "La tía Julia y el escribidor".
Más tarde, en una charla magistral ante estudiantes universitarios mexicanos, el autor de Conversación en la catedral, dijo que la literatura política estaba condenada al fracaso. Y reveló el origen de una decisión que tomó en su juventud, que le cambió la vida. "Yo voy a ser un escritor, no voy a ser periodista, no voy a ser abogado, no voy a ser profesor. Yo voy a ser un escritor", dijo Vargas Llosa. Según contó, pronto descubrió que la literatura podía servir no sólo para entretener y dar "esa vida paralela o complementaria a la vida real", sino también "para abrir los ojos" ante una realidad de injusticia y falta de libertad.
Sin embargo, "afortunadamente" comprobó en la práctica que "una literatura que quiere sobre todo transmitir mensajes cívicos o políticos es una literatura irremediablemente condenada a fracasar porque se introduce en ella un elemento de propaganda que impide que surja la magia de la ficción".
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