26.1.12

Paul Auster se confiesa

El autor repasa su vida a partir de los recuerdos íntimos, cercanos y personales..Un libro sincero, en ocasiones doloroso, que sale en primicia en España antes de que se publique en Estados Unidos. Además, también se publica antes en e-book
El autor ha escrito un libro personal que, sin duda, encantará a sus seguidores. foto.fuente:larazon.es

En 1974, poco antes de regresar desde Francia a EE UU, Paul Auster se compró una máquina de escribir portátil: una Olympia alemana de segunda mano que consiguió a través de un amigo y por la que pagó cincuenta dólares, un importe irrisorio si se piensa que con esa máquina el escritor americano ha compuesto una de las obras más sólidas y atractivas (atractivas, sobre todo, para los miles de lectores que tiene repartidos por el mundo) que ha dado la literatura estadounidense en las últimas décadas. Poemas, ensayos, misceláneas, breves textos autobiográficos y unas cuantas novelas han hecho del autor de «La trilogía de Nueva York» un escritor de culto, capaz de asombrar con historias perfectamente diseñadas y en las que se respira el latido perpetuo de la cotidianidad: la combinación azarosa de hechos y circunstancias que en su conjunto acaban constituyendo una visión del mundo y una expresión de la propia vida.

De París a EE UU
Y es su vida lo que narra Auster en este «Diario de invierno», una confesión en la que hace un repaso sincero (por momentos doloroso) de los puntos que marcaron su biografía: su nacimiento, un día después del cumpleaños de su madre, en un hospital de Nueva Jersey, la conflictiva relación de sus padres hasta que se separaron, su pasión infantil por el béisbol, los ires y venires por París y EE UU con su novia de los setenta, el descubrimiento de la sexualidad, el temor a la muerte y a las enfermedades y su pasión incontrolable por intentar escribir a pesar de todo.

A través de la memoria de su cuerpo (un cuerpo que sufrió los embates recientes de un ataque de pánico y que antes, mucho antes, tuvo que vérselas con problemas estomacales y respiratorios pero que gozó de placeres mundanos y recorrió el mundo entero), Auster vuelve a los sitios por los que ha transitado a lo largo de estos casi 75 años (el 3 de febrero, fecha de su cumpleaños, Seix Barral relanzará su obra en bolsillo), lugares en los que se ha sentido protegido, a salvo de las inclemencias del tiempo y de la incertidumbre que significa vivir.

Así, con una mirada que escapa a toda autocompasión, el autor de «El palacio de la luna» se detiene en los veintiún hogares en los que vivió. Recuerda el ático que alquiló cuando llegó a París, donde sus vecinos se quejaban a menudo de que su novia tocara al piano piezas de Schubert los domingos por la tarde.

Una casa para siempre
Pero también la casa de finales del siglo XVIII, al sur de Francia, con su aroma a tomillo y espliego que se alzaban a su alrededor cuando salía a caminar por el campo, los diversos pisos que alquiló en Manhattan (en una época en que, con un hijo a punto de nacer, trabajaba de nueve a cinco en una librería de libros raros, cercado por los problemas económicos), su traslado definitivo a Brooklyn en un momento de transición (que empezó con la separación de su primera esposa y terminó cuando su padre murió mientras hacía el amor con una novia más joven que él) y la adquisición, a los 46 años, de la casa en la que vive y en la que espera morir haciendo suya una frase del poeta Joseph Joubert: «Hay que morir inspirando amor (si se puede)». Como su admirado Georges Perec, tan propenso a hacer listas y clasificaciones de todo lo que ha hecho en su vida, en «Diario de invierno» rearma el rompecabezas de su bio-grafía a través de las sensaciones y los recuerdos, pero también a través de las comidas que saboreó, de los países que visitó y de todas las cosas que ha hecho con las manos. No es extraño que esta autobiografía sea, de alguna manera, una sucesión de pequeñas historias, de breves relatos que, al ser narrados con la objetividad que otorga el uso de la segunda persona (Auster se habla a sí mismo y se ve como «otro», mientras contempla la llegada del ocaso vital) adquieran un tono sospechosamente distante, quizá, porque, como afirma el escritor en un pasaje revelador, entre el mundo y la palabra hay «un abismo que separa la existencia humana de nuestra capacidad de entender o expresar la verdad de la vida».

Y en bolsillo
La editorial Seix Barral comenzó el 20 de febrero a editar en e-book la obra de Auster. A un precio de 6,99 euros se pueden adquirir «La trilogía de Nueva York», «El libro de las ilusiones», «Tombuctú» y «La noche del oráculo». Pero a lo largo de este año, a partir del 2 de marzo, saldrán en una colección de bolsillo especialmente diseñada para este escritor, los títulos arriba mencionados, además de otros dos: «El cuaderno rojo» (disponible a partir del 3 de mayo) y «La invención de la soledad» (1 de junio).

Diario de invierno

Paul Auster

Anagrama 248 páginas.

18,90 euros.

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