28.6.11

Secuelas de la crisis editorial española, en México

Aunque editores nacionales niegan grandes afectaciones a su plan de publicaciones, las cifras de la Caniem reflejan una disminución en la importación de libros de ese país
Las empresas implementan estrategias de mercado como la apuesta por títulos en los que recuperen su inversión y menores tirajes para obtener mayor rentabilidad.foto.fuente:eluniversal.com.mx

En tiempos de crisis, los editores mexicanos son cautelosos no sólo al emprender su plan editorial, lo son también al hablar de caídas en la producción, tirajes y venta de libros en la industria editorial mexicana.

El mundo editorial ha sido uno de los sectores más afectados por la crisis económica que vive España, nación en la que se localiza la casa matriz de muchas de las editoriales que tienen filiales en México, como es el caso de Santillana, Planeta, Random House Mondadori y Tusquets Editores.

Como precaución, los editores mexicanos emprendieron, a partir de 2009, año de la crisis económica mundial, medidas más conservadoras en cuanto a impresión de novedades y tirajes; apostaron por títulos seguros y, nuevamente, los best sellers, ayudaron a contrarrestar el impacto al mercado.

Las cifras más recientes proporcionadas por la industria editorial mexicana son de 2009. Ese año se produjeron en México 18 mil 618 títulos lo que representó una diminución del 8% respecto al año 2008; mientras que se comercializaron 142 mil 715 títulos -entre novedades, reimpresiones y reediciones- que significa una disminución de 7.1% con respecto al año anterior.

No son las únicas cifras que muestran la caída que tuvo la industria editorial en el año 2009, que se considera la más grave en el último decenio; son más evidentes aún los datos del porcentaje de libros que México dejó de comprarle a España o que España dejó de mandarle a México, como medida de precaución, pero sobre todo producto de la crisis.

Victórico Albores, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) dijo a EL UNIVERSAL, que durante 2008, España exportó a México 79 millones de euros, mientras que en 2009 sólo exportó 50 millones "lo que representa una baja del 27% en valores".

Con base en los datos de la Caniem de la Actividad Editorial de 2008 y 2009, Albores dice que obviamente las editoriales españolas que tienen filiales en Latinoamérica, cuando están en crisis, reducen sus planes e invierten menos en aquellos segmentos en los que ven pocas posibilidades de recuperación de su inversión.

También los datos recogidos del otro lado del Atlántico muestran la caída. Hasta el primer semestre de 2009, la crisis no había hecho mella en la industria editorial. Con la llegada del verano comenzaron las devoluciones: los lectores no compraban, los libreros no vendían y los almacenes de los tres grandes grupos editoriales: Planeta, Santillana y Random House Mondadori, se llenaban de ejemplares.

Al acabar el año los datos reflejaban los estragos de la crisis. De los 330 millones de libros que se habían editado se habían vendido 4 millones de libros menos que en el año 2008: 236 millones frente a los 240 de 2008, que significa un 1.6% menos. Sólo la trilogía Millenium del sueco Stieg Larsson con unas ventas totales que superaron los 2.7 millones de ejemplares, había evitado que la caída fuera mayor; esto, según datos de la Federación de Gremios de Editores de España.

El libro en tiempo de crisis

Albores no es el único editor que habla de las estrategias que sigue cualquier editorial para contrarrestar una crisis económica, aunque sí es el único que ofrece datos. El asunto es que sus datos más recientes son de 2009 y del año pasado y el actual, sólo puede decir que en 2010 se comenzó a ver una recuperación de alrededor del 5%, que augura, se repetirá en 2011.

Verónica Flores, editora de Tusquets México, José Calafell, presidente corporativo de Planeta México y Roberto Banchik, director general de Random House Mondadori México, aceptan que el año 2009 fue uno de los peores para escritores, editores y libreros, pero niegan que la crisis española haya afectado a México.

Roberto Banchik reconoce que el mercado del libro español se contrajo también el año pasado y que se ha contraído un poco más este 2011. Sin embargo, recalca que desde hace años las empresas han revisado sus planes editoriales para hacerlos más certeros; tanto que con una mezcla de ajustes internos y buenas decisiones, Random House España logró incrementar sus ventas y su cuota de mercado respecto de sus competidores.

En cuanto a México, Random House está haciendo ajustes en su propuesta editorial, comercial y corporativa pero Banchik asegura que esto no fue a raíz de la crisis española, sino como reenfoque estratégico para la empresa de cara al mercado.

Para José Calafell, de Planeta, la industria editorial en España ha enfrentado la crisis con éxito, con mayores ventas y rentabilidad y "ganando cuota de mercado fundamentalmente con una estrategia de diversificación de oferta y fuerte inversión publicitaria".

Calafell niega que la crisis haya afectado a México, mucho menos cuando han emprendido una mayor oferta de productos internacionales para configurar sus planes editoriales locales. "Confiamos en que haciendo bien las cosas no habrá grandes efectos negativos respecto a lo planeado".

También Verónica Flores niega una afectación por la crisis porque el 50% de las novedades de Tusquets México son de autores del país y el 50% restante son escritores internacionales en español. "Estas proporciones no se han visto modificadas por la crisis".

Lo cierto es que ante cualquier crisis, la industria editorial emplea ciertos planes de previsión y se afana en reducir los gastos independientemente de los planes editoriales que siempre están sujetos al mercado.

Victorico Albores dice que las editoriales apuestan por títulos seguros y dentro de su catálogo reimprimen aquellos que garantizan su venta. "En una crisis se trata de ser más certeros en la selección de las novedades. Por ejemplo en el año 2009 algunos grupos internacionales pudieron sortear la crisis editando best sellers".

Las armas de la batalla

El descenso de 2009 confirmó la tendencia a la baja de los últimos años. Mientras en 1998 España exportó a México libros por valor de 57 millones de euros, y en el 2002 la cifra llegó a su cuota más alta hasta superar los cien millones de euros, en el 2009 la cifra volvió a descender hasta los 50 millones; contrario a países como Francia o Reino Unido donde las exportaciones se duplicaron en esta última década.

Pese a ello España, que es la cuarta potencia editorial del mundo con una industria que mueve anualmente cerca de 4 mil millones de euros, que representa un 0.7% del PIB, y da empleo, directo e indirecto a más de 30 mil personas, sigue teniendo a México como el principal receptor en América Latina.

Eso hace de México punto clave en el mercado del libro. De ahí que ha generado estrategias como lanzar menos libros de novedad con el objeto de concentrarse en las apuestas editoriales. "Vamos más por calidad que por cantidad... El mercado mexicano se ha contraído un poco y estamos ajustándonos a él", señala Roberto Banchik.

Para Verónica Flores la realidad del mercado en México es la tendencia a la concentración de las ventas; es decir, a vender mucho de pocas novedades y a vender menos del resto de títulos.

"Esta tendencia provoca que, a pesar de mantener el programa editorial de años pasados y de mantener el número de libros producidos de un año respecto del siguiente, las editoriales sean más conservadoras en las impresiones de los libros menos comerciales-fondo y más agresivas en los lanzamientos de las novedades más comerciales".

En México, país que en 2009 vendió 129 millones de pesos, 2.8% menos que en 2008, la industria editorial da empleo de base a 7 mil 714 personas, pero sí se redujo el 5.6% de los empleados eventuales.

Aún con la crisis, ningún autor mexicano dejará de editarse en España. A las ediciones que ya hay de autores como Gonzalo Celorio, Cristina Rivera Garza, Jean Meyer, Álvaro Uribe, Enrique Krauze y Mauricio Tenorio, se sumarán en breve textos de Antonio Ortuño y BEF, así como el lanzamiento de La prueba del ácido, nueva novela de Élmer Mendoza, prevista para septiembre.

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