20.6.09

Carla Guelfenbein entrevistada


Carla Guelfenbein ha publicado la novela El resto es silencio (dejó el sello Alfaguara por Planeta para su tercera novela) en la que indaga sobre la historia de un niño al que se le han negado dos informaciones vitales para crear su identidad: el suicidio de su madre y su ascendencia judía. Entrevistada en "El Cultural" la escritoria chilena comenta el tema del judaísmo en su novela:




El antisemitismo es otra de las constantes que inocula tensión a la trama. ¿Hay alguna reminiscencia biográfica en ello?

No quería hacer un panfleto de denuncia contra el antisemitismo. Los araucanos, por ejemplo, están mucho más discriminados que los judíos, que en general tienen una buena posición social. Pero todavía hoy percibo en Chile formas de antisemitismo. Y sí tiene algo de biográfico, porque una parte de mi familia también encubrió su condición. Es importante que reconozcamos nuestro origen, todos los judíos, porque así podemos evitar que brote la semilla de los prejuicios. Hay que demostrar a la gente que somos perfectamente normales.


Por otra parte, comentando el título, confiesa con honestidad que no sabía cuando lo colocó que la frase "El resto es silencio" pertenecía a William Shakespeare. Dice la autora:


Cuenta que le costó encontrar mucho el título y que con él pretende sugerir la idea de que en la novela lo que no se dice tiene tanta importancia como lo que se explicita con palabras.

Lo encontré en el texto de la novela, sin saber que era el final de Hamlet, y me di cuenta que resumía bien la intención del libro, que era dar constancia de una de las paradojas más importantes del ser humano. A pesar de tener el don del lenguaje, que nos sirve para compartir ideas y emociones, éste es imperfecto, y provoca diferencias entre lo que queremos decir y lo que decimos, entre lo que no queremos decir pero se nos escapa... Es el doble filo de la palabra: que sirve tanto para comunicar como para erigir muros. Mis personajes, cuando están solos y reflexionan en primera persona, comunican mucho. Pero cuando están entre ellos las conversaciones son concisas y erráticas, y siempre late la tensión de lo no dicho. Dar esa sensación fue un desafío en términos narrativos.



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