21.3.15

El nuevo boom de los autores latinos en EEUU

Acaban de editarse versiones en inglés de novelas de Vargas Llosa, César Aira, Castellanos Moya y Alejandro Zambra. A pesar de que el mercado norteamericano traduce sólo un tres por ciento de su amplia producción, el interés por escritores del continente se renueva
El padre del realismo mágico acompañado de la familia Buendía permitió el desembarco de los escritores latinoamericanos en Estados Unidos./latercera.com

Fue en las calles de Barranquilla donde se aglomeró la multitud. Gabriel García Márquez, vestido con una guayabera panameña, llegaba a Colombia como un rockero aterriza de una gira. Venía de Estados Unidos.
Era 1971 y el autor latinoamericano acababa de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Columbia, en Nueva York. También su novela Cien años de soledad (1967), recién traducida al inglés, había sido elegida como uno de los 12 mejores libros del año por la crítica estadounidense.
“Ni en el más delirante de mis sueños en los días en que escribía Cien años de soledad llegué a imaginar en asistir a un acto para sustentar la edición de un millón de ejemplares”, diría con los años el premio Nobel de Literatura, ante la popularidad de su novela cumbre.
El padre del realismo mágico acompañado de la familia Buendía permitió el desembarco de los escritores latinoamericanos en Estados Unidos. Se sumarían traducciones de los libros de Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Juan Rulfo y Mario Vargas Llosa. Era la hora en que el boom latinoamericano se hablara en inglés.
“Era un gigante de la literatura, absolutamente encantador”, recuerda Edith Grossman, quien desde los 80 fue la traductora de los libros de García Márquez.
Hoy Grossman sigue traduciendo. Su último trabajo: The discreet hero (El héroe discreto). La última novela de otro Premio Nobel latinoamericano, Mario Vargas Llosa. Un extenso perfil publicado en la última edición de la prestigiosa revista The New Yorker celebra el libro editado por el sello Farrar, Straus and Giroux.
“Creo que hay mucho interés por parte de lectores y traductores”, dice Grossman ante nuevas traducciones de autores de Latinoamérica en EE.UU. A Vargas Llosa se han sumado ediciones  de los argentinos César Aira, Andrés Neuman y Samanta Schweblin; el salvadoreño Horacio Castellanos Moya; el colombiano Juan Gabriel Vásquez; el chileno Alejandro Zambra y los mexicanos Mario Bellatin, Valeria Luiselli, Guadalupe Nettel y Alvaro Enrigue, entre otros.
El narrador y periodista Francisco Goldman, estadounidense de origen latino, acaba de escribir un artículo en el diario The New York Times reseñando la novela de Vargas Llosa, que tiene como protagonistas al pequeño empresario de Piura Felícito Yanaqué, y al exitoso hombre de negocios de Lima, Ismael Carrera.
Goldman confirma este renovado interés por la literatura escrita al sur del Río Grande, y argumenta: “Creo que hay muchas razones, pero lo más importante es que simplemente hay brillantes escritores... Además, hay muchas más editoriales pequeñas e independientes que están publicando la mejor literatura traducida”, agrega el autor de Di su nombre.

Luces y efectos

A 30 años de la aparición de García Márquez y compañía, en 2007 otro boom se instalaba en Estados Unidos, con el nombre de Roberto Bolaño. Tras su muerte, en 2003, varios de su libros fueron traducidos con éxito, acompañados de halagos de Susan Sontag. Sin embargo no fue sino con la llegada a librerías de Los detectives salvajes que los lectores angloparlantes se interesaron en su figura y obra. “Entre los logros de Bolaño se cuenta el de haber contribuido a cambiar el paradigma de escritor latinoamericano vigente hasta hace relativamente poco”, dice el crítico español Ignacio Echevarría.
El autor de Estrella distante encendió el interés por otros narradores de la región. “Llegué a él por Roberto Bolaño”, anotó la cantante y poeta Patti Smith en su comentario al libro de cuentos The musical brain, de César Aira, en The New York Times. El ejemplar acaba de publicarse por el sello New Direction, que dio a conocer a Bolaño en inglés.
En el mercado mundial del libro, EE.UU. es la mayor potencia de producción. Pero a pesar de que se publican cerca de 300 mil títulos anuales, sólo el 3% equivale  a traducciones de otros idiomas.
“Se está traduciendo mucho más que antes y el español es la segunda lengua más hablada del mundo, así que la representación de autores hispanos en librerías ha subido: siempre habrá más escritores en español que en húngaro o francés”, señala Alvaro Enrigue, premio Herralde 2013 por su novela Muerte súbita, quien reside hace algunos años en Nueva York.
El agente literario Guillermo Schavelzon es menos optimista. “El lector norteamericano se autoabastece con sus escritores, salvo a nivel reducido, casi académico y contadísimas excepciones”.
Por ese motivo es que la promoción es fundamental en el mercado del libro. Ocurrió con Bolaño y la recomendación de la animadora Oprah Winfrey, quien sugirió a sus seguidores la monumental novela 2666.
Otro ejemplo es el autor colombiano Juan Gabriel Vásquez. Su libro El ruido de las cosas al caer, traducido a 18 idiomas, el año pasado alcanzó en EE.UU. la tercera edición. “Está reinventando la literatura sudamericana del siglo XXI”, es la frase del norteamericano Jonathan Franzen  que circuló en los medios en relación a la figura de Vásquez y su obra sobre una generación crecida frente al temor del narcotráfico.

Nuevas voces

“La presencia de los escritores latinoamericanos tiene un peso muy superior frente a los españoles. Siempre ha sido así desde el boom”, aseguró Eduardo Lago, escritor español y ex director del Instituto Cervantes de Nueva York, en el marco del festival Suite Iberia. Evento celebrado hace dos semanas en la U. de Nueva York y en el Kennedy Center en Washington. En el festival participaron editores de libros, de revistas, críticos, agentes, libreros y traductores para hablar sobre la cultura hispana y su promoción en EE.UU.
“Debatimos el creciente interés en la traducción del español y constatamos que, aunque en EE.UU. se traduce muy poco, el español es uno de los idiomas que más ha crecido en número de traducciones”, cuenta Valerie Miles, coordinadora del festival Suite Iberia y cofundadora de revista Granta en España.
“De pronto aparecen escritores hispanoparlantes muy distintos que ensanchan el panorama”, agrega Miles, quien estuvo a cargo de la edición de Granta de 2010, que eligió a los 22 mejores escritores de lengua española menores de 35 años.
Allí estaba Alejandro Zambra. El autor nacional, cuyos cuentos y artículos han aparecido en revistas como Zoetrope, The New Yorker, The Virginia Quarterly, ahora llegará a librerías con la traducción de su libro de relatos Mis documentos. El volumen saldrá por la editorial independiente McSweeney’s, fundada por el escritor Dave Eggers.
El mismo sello publicó en inglés el año pasado la antología Latinoamérica criminal, editada en español hace dos meses, que reunió 13 escritores. En el libro se leen historias sobre una travesti en Cuba, familias marginales de Buenos Aires y detenciones en Centroamérica. En los convocados se encontraban Zambra y Rodrigo Blanco Calderón, de Venezuela; Rodrigo Hasbún, de Bolivia; Mariana Enriquez, de Argentina; Andrés Ressia Colino, de Uruguay; Santiago Roncagliolo, de Perú; Rodrigo Rey Rosa, de Guatemala; Andrés Felipe Solano, de Colombia y Juan Pablo Villalobos, de México. Aún poco conocida para el gran público, la literatura de estos lados atrae miradas en EEUU.

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