La tecnología, los medios masivos de comunicación y los discursos hegemónicos que estos imponen crean “nuevas soledades” relacionadas con “la práctica sistemática e ilusoria de internet”
El antropólogo Marc Augé. /Universidad de Chile./proceso.com.mx |
Lo más triste que ha visto el antropólogo y etnólogo francés Marc Augé (Poitiers, 1935) es el aislamiento contemporáneo provocado por la tecnología y los medios de comunicación masiva, y “cómo una red social (en la que se conectan personas enmascaradas) establece que sólo existen tres o cuatro reacciones posibles a un suceso”.
El profesor de la École des Haute Études en Sciencies Sociales de París, de la que fue director entre 1985 y 1995, estuvo en México para impartir una serie de tres conferencias que concluyó el pasado viernes 23, en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, donde habló de la sociedad del consumo, la desigualdad social y el impacto de las nuevas tecnologías.
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia –que estará abierta hasta el próximo 2 de octubre en dicho museo– y de la inauguración del postgrado en Ciencias Antropológicas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), el autor dio su conferencia con el título ‘El fin de la prehistoria de la humanidad como sociedad planetaria’.
En ella planteó que la tecnología, los medios masivos de comunicación y los discursos hegemónicos que estos imponen crean “nuevas soledades” relacionadas con “la práctica sistemática e ilusoria de internet”.
Al respecto, agregó que hay cosas y sucesos que existen en la medida en que tienen más videos y mensajes que los autentifiquen:
“En las viviendas, casas o apartamentos, el televisor y el ordenador han ocupado el lugar del hogar. Al mismo tiempo, el individuo de algún modo está desplazado respecto de sí mismo. Se equipa de instrumentos que lo ponen en contacto constante con el mundo exterior más lejano.”
Y atribuyó tal situación a lo que llamó “el triunfo del sistema de consumo”, en el que es necesario consumir para existir, en un engranaje comercial que convierte en productos, incluso a expresiones artísticas o literarias.
Así lo manifestó a través de un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que lo invitó a dictar el ciclo de conferencias:
“El futuro de la humanidad puede que no sea una democracia generalizada, sino una aristocracia planetaria que opondría de manera más o menos organizada, una minoría de los cercanos al saber, el poder y la fortuna, a una masa de alienados por el consumo y una masa, aún más grande, de excluidos del consumo.”
Hay pues, en opinión suya, tres categorías de seres humanos: Los poseedores, los consumidores y los excluidos, donde lamentablemente la cifra de los más ricos entre los ricos y los más pobres entre los pobres va en aumento.
Y mientras para turistas y empresarios que se desplazan por el planeta “como por su propio jardín”, la movilidad “es algo normal”, la movilidad en el trabajo ha comenzado a desestabilizar al sistema con la migración forzada, exilios y fugas en campos de refugiados.
El antropólogo, creador de los conceptos “sobremodernidad” (referida al “exceso” de modernidad, de información, de imágenes, de individualismo) y “no-lugares” (sitios de circulación como autopistas, aeropuertos; de consumo como supermercados y cadenas hoteleras, y de comunicación como pantallas, cables, ondas, que no son lugares donde se establezcan relaciones sociales duraderas (http://www.ddooss.org/articulos/textos/Marc_Auge.htm)), es optimista dentro de todo.
Ante los cuestionamientos de los asistentes al auditorio Torres Bodet, consideró que hay manera de revertir las tendencias hacia la soledad y la alienación, y una de ellas es la educación y la labor que desarrollan disciplinas como la antropología, que mantienen una posición inherentemente crítica:
“La instrucción es el único medio para hacer un buen uso de la tecnología y comprender la información que se nos brinda. Nuestra tarea es hacer que los medios de comunicación sigan siendo eso, medios, y no fines en sí mismos.”
Autor de una vasta obra traducida al español, donde destacan: La comunidad ilusoria, El viaje imposible, Por una antropología de la movilidad y El viajero subterráneo: un etnólogo en el Metro, Augé concluyó:
“Asistimos al final de la historia de la humanidad como sociedad planetaria. Debemos reconocer que tratándose del planeta Tierra mismo, la historia apenas comienza. Antes imaginábamos marcianos, para los siglos por venir nos queda la construcción de una sociedad de terrestres para comenzar a adaptarnos al cambio de escena que nos proyectará en nuestra galaxia.”
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