13.7.15

La Semana Negra más reivindicativa

La Semana Negra de Gijón, considerado el mayor festival literario al aire libre de Europa y la Feria del Libro más importante de Asturias, además entrega uno de los premios más significativos del género en nuestro país, el Dashiell Hammet

Una atractiva lectora en el parque donde se realiza la Semana Negra de Gijón./elcultural.es
Este viernes arrancó el festival de novela negra de Gijón que, además de contar con un programa plagado de grandes autores del género, demuestra una actitud contestataria que no se amolda a los inevitables recortes

La Semana Negra de Gijón vuelve abrir sus puertas un año más, y ya van 28. El antiguo astillero de Naval Gijón, en donde multitud de actos culturales conviven con atracciones de feria durante el trascurso del festival, acoge del 10 al 19 de julio un programa plagado de actividades con los autores más destacados del panorama de la novela negra española. Charlas, debates, ruedas de prensa, exposiciones y conciertos para que los visitantes fortalezcan su relación con el mundo del libro. “El objetivo de la Semana Negra está claro desde las primeras ediciones y no es otro que la promoción de la lectura”, explica el director de contenidos del festival, Ángel de la Calle. “Queremos que la lectura forme parte de la fiesta y hemos demostrado que es una idea muy positiva y que funciona perfectamente”.

En esta edición el festival contará con la presencia de 155 autores, entre los que destaca Antonio Muñoz Molina. “Llevamos 25 años intentando que viniera porque tiene dos de las mejores novelas negras españolas, Beltenebros y El invierno en Lisboa, explica el director de contenidos de la Semana Negra de Gijón. También pasarán por Gijón Dolores Redondo, que sigue arrasando en las librerías con la Trilogía del Baztán; el legendario autor de cómics Milo Manara; Didier Daeninckx, uno de los máximos representante del neopolar francés de la generación 70; el escritor italiano Sandrone Dazieri o el novelista gráfico Edmon Baudoin, al que se le dedica una exposición centrada en su trabajo con Fred Vargas. Además estarán en Gijón un buen número de escritores que no suelen faltar a la cita, como Jon Arretxe.

El festival sigue teniendo como principal reclamo la literatura de género negro, sin embargo, como viene siendo habitual en los últimos años, su programa es cada vez más multidisciplinar y se abre a otros géneros sin complejos. La poesía gana peso este año con tres interesantes velada poéticas. En la primera se podrá escuchar a Luis García Montero y Giocanda Belli recitando sus textos, la segunda estará protagonizada por Luis Alberto de Cuenca y la última por Carlos Salem. También hay espacio para la novela histórica con autores como Mateo Sagasta y Juan Martín Olmos o para la ciencia ficción con la segunda novela de Rosa Montero dedicada a este género. “Realmente es un festival de las artes narrativas”, explica De la Calle.

Este año la organización no solo potencia la parte lúdica de la literatura sino que muestra una actitud contestataria que se escenifica a través del cuadro La libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix, colocado en la Carpa de Encuentros donde trascurren numerosas actividades. “Es un momento en el que las libertades están siendo brutal y salvajemente recortadas”, comenta De la Calle. “Es la misma imagen que tuvimos hace cuatro años cuando empezó un impasse del que todavía no hemos salido. Nos recortan presupuesto, espacio, tiempo... Es el momento de reciclar y por eso hemos querido tener otra vez esa imagen con nosotros, porque sigue siendo igual de pertinente que hace cuatro años”.

El presupuesto de la Semana Negra de Gijón ronda los 600.000 € desde hace cuatro años. Antes de las crisis, el festival llegó a disponer de 900.000 €. Sin embargo, por cada cuatro euros que recibían en aquella época de las instituciones, la organización se tiene que conformar ahora con tan solo un euro, de manera que la autofinanciación del evento llega al 80 %. “Estamos en una ubicación maravillosa que está bendecida por el sudor de la frente de la clase trabajadora que construía barcos aquí hasta hace poco tiempo”, comenta el director de contenidos del festival. “Pero no existen ni tomas de agua ni hay energía eléctrica... Es un festival con un gasto inicial muy grande y que se realiza con muy poco dinero”.
Este año optan al mismo Yo fui Johnny Thunders de Carlos Zanón, Todos los buenos soldados de David Torres, Fantasmas del desierto de Guillermo Orsi y Un millón de gotas de Víctor del Árbol. “La salud del género negro es muy buena”, explica De la Calle. “Hay un gran numero de autores nuevos probablemente porque los tiempos que nos han tocado vivir son duros y difíciles. Hay que recordar que la gran depresión fue el contexto en el que nació la novela negra americana, Hammet fue la respuesta a lo que estaba pasando”.

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