10.10.14

Perfil del 'arqueólogo de la memoria', el nuevo Nobel de Literatura

Amante de las noticias policiales y autor de cerca de 30 novelas llenas de melancolía y misterio, Patrick Modiano –nuevo Nobel de Literatura– es descrito como un 'arqueólogo de la memoria'
 
Patrick Modiano ha construido su obra de variaciones sobre sus recuerdos duros de infancia con la ocupación nazi./elespectador.com
El francés Patrick Modiano, premio Nobel de Literatura, firmó una obra singular, una búsqueda sin fin de identidad, entre novela policial y romántica.
La falta de cariño durante la infancia será su obsesión de toda la vida. Una ausencia tan dolorosa que uno puede preguntarse si su obra no es una larga carta dirigida a sus propios padres. En todo caso, aquel desamor ha dado a las letras francesas cerca de 30 novelas llenas de melancolía y misterio.
Patrick Modiano publicó su primera novela "El lugar de la estrella" en 1967, con solo 22 años. En 1972 recibió el Gran Premio de Novela de la Academia francesa por "Los bulevares periféricos", en 1978 el premio Goncourt por "Calle de las tiendas oscuras" y en 1966 el Gran Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra.
Desde entonces, este hombre intranquilo y de perfecta cortesía ha conquistado al público con sus ficciones, entre ellas "Dora Bruder" (1997), "Un pedigrí" (2005), "En el café de la juventud perdida" (2007), "La hierba de las noches" (2012) y "Para que no te pierdas en el barrio", su novela número 28, que acaba de publicarse en francés.
En ella, el autor vuelve a navegar en los recuerdos. Una cita de Stendhal anuncia el tono de este paseo por el pasado sobre el que planean el abandono, los secretos y una difusa amenaza: "No puedo dar la realidad de los hechos, sólo puedo presentar su sombra". Un resumen perfecto del universo de Modiano.
En sus libros nace un neologismo, "modianesco", que aún no entrado en el diccionario pero que los franceses usan a veces para designar un personaje o una situación en claroscuro, ni lógica ni absurda, a mitad de camino entre dos mundos, entre luz y sombra.
Modiano, que no gusta de la introspección, considera que cuanto más misteriosas son las cosas más interesantes son. "He intentado incluso hallar misterio donde no lo había", admite en "Un pedigrí", texto autobiográfico y "esqueleto" del resto de sus libros, según explicó.
Por esa razón nunca se sabe de dónde provienen sus personajes, a veces recurrentes de un libro a otro, ni lo que realmente piensan. Confundidos entre pasado y presente, su biografía permanece incierta. El lector los cruza en un París banal que de repente cobra, bajo la pluma del escritor, una belleza gris y melancólica. Sus páginas abundan en nombres de calles de la capital francesa o de sus suburbios, plazas, cafés o estaciones de metro.
De muchos escritores se dice que escribieron siempre el mismo libro: eso es particularmente cierto en esta obra homogénea, destilada con regularidad, emotiva y distante. Son novelas que parecen "motivos de un tapiz que alguien hubiese tejido en estado de somnolencia", según sus propias palabras. Son largas reflexiones soñadoras sobre la realidad, escritas en un lenguaje clásico, preciso y sobrio.
El universo de la Francia ocupada y la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial es el mundo que nutre a este escritor de 69 años que construyó varias novelas ("Reducción de condena", "Barrio perdido", "Villa triste"...) ambientadas en aquel período. No importa que no lo conociera, supo expresar desde muy temprano algo que se convertiría en obsesión nacional: la relación necesariamente complicada de Francia con la guerra y la colaboración con el ocupante alemán.
Su padre, Alberto Modiano, un judío alemán vinculado a la Gestapo, conoció en 1942 a una joven actriz belga, Louisa Colpeyn, en un elegante apartamento del distrito 16 de París. Alberto, que logró escapar al porte de la estrella amarilla, estaba vinculado con el mundo delictivo.
Tres años más tarde, el 30 de julio de 1945, nació su primer hijo, Patrick, en Boulogne, cerca de París. El joven Patrick vivió una infancia vagabunda y solitaria, con largos períodos de pensionado. Su hermano menor, Rudy, murió en 1957: el novelista le dedicó sus primeros libros.
Patrick dirá luego con ironía que su madre tenía el corazón tan seco que su perrito, desesperado ante tanta indiferencia, se suicidó arrojándose por la ventana. A los 17 años, ante tanta dureza e inconsecuencia, decidió no ver nunca más a aquel padre odiado, que está en la mira de varios de sus libros. Cumplió su promesa y Alberto falleció en 1977.
Abandonó los estudios tras el bachillerato, y, apoyado por Raymond Queneau, amigo de su madre, se puso a escribir. "No tenía ni 20 años, pero mi memoria era anterior a mi nacimiento".
Este hombre alto ("1m90 de molestia y candor", dijo un crítico), de mirada dulce, rostro pálido y dolorido, se hizo famoso por sus dificultades a la hora de expresarse oralmente, su discreción y su indiferencia ante los honores, que le llevó a rechazar el ingreso en la Academia Francesa.
Este amante de las noticias policiales, casado desde 1970 con Dominique Zehrfuss y padre de dos hijas, Zina, directora de cine, y Marie, cantante y escritora, no vive retirado del mundo, como demuestra su gusto por el cine.
En 1974, escribió junto al cineasta Louis Malle el guión de la película "Lacombe Lucien", que cuenta la historia de un adolescente en la Francia de 1944, un éxito de taquilla.
Es autor de otros guiones, así como de un ensayo junto a Catherine Deneuve sobre la hermana prematuramente desaparecida de la actriz, Françoise Dorléac. Jurado en 2000 del festival de Cannes, también es autor de letras de canciones como "Etonnez-moi Benoît!", interpretada por Françoise Hardy. Publicó, además, un libro de diálogos con el ensayista Emmanuel Berl ("Interrogatorio").

No hay comentarios: