Tienen más seguidores que un canal temático. Sus tuits forman parte de su obra. Y van de jóvenes promesas a Stephen King
Todos los escritores que reniegan de
internet son iguales (mármoreos en sus suspicacias luditas), pero cada
integrado que emplea la red lo hace a su manera: el chiste, el estudio
del mercado editorial, la ficción en internet, la diatriba o la relación
natural con sus seguidores. Aunque el debate debería estar algo
desfasado (discutir sobre la presencia en internet es algo así como
plantear el debate: ¿flexo de luz eléctrica o quinqué en la mesa del
novelista) y aunque el novelista no es otra cosa que una persona que
vive en un tiempo determinado (que en algunos casos, según su ambición o
pretensión querrá trascender), aún se siguen despachando listas de los
autores más influyentes en el mundo de la triple w.
Algunos ven en defensores como Paulo
Coelho, que dice que el futuro de la literatura pasa por la red, la
prueba de que existen otros caminos. En España no es solo cosa de
autores jóvenes y internautamente nativos como Luna Miguel (conectada en
red con escritores de su generación de todo el mundo), ya que otros
bestsellers de más edad como Arturo Pérez Reverte también lo han
empleado con éxito (más de 850.000 seguidores) sin evitar tics que en
otros perfiles causan risión (no tiene problema en decir que cenará
salmorejo y durante cada domingo hablaba en un hipotético bar regentado
por una camarera llamada Lola, que escuchaba estoica y atentamente todos
sus comentarios). En el mundo anglosajón la cosa está aún más
normalizada. He aquí algunas de las firmas con más predicamento y sus
armas para conseguirlo.
1. Neil Gaiman
Que una escritora especialista en
literatura barbuda rusa tire de chiste en su nombre para internet (y en
su avatar) ya explica mucho: firma @bananakarenina, con un retrato del personaje tocado con un sombrerito con plátano inclinado incluido. La autora de Los poseídos(Seix
Barral) habla sobre literatura, noticias o eventos que le interesan con
la misma acidez y humor que exhibe en sus artículos para The New Yorker.
El ejemplo más reciente: “El nuevo eslógan de Lufthansa: ‘Tú sin parar’
parece encapsular todo lo horrible y nauseabundo de la conciencia
humana”. Lo que estábamos pensando todos.
3. Tao Lin
Editado en España por Alpha Decay, ha
sido definido por algunos como el “Kafka de la generación iPhone”,
mientras otros desprecian sus obras, precisamente, por tomar como
material literaturizable todo el entramado de relaciones y recursos de
la red. Antes había que leer toda la bibliografía de un autor para
sentir una empatía casi íntima con él. Con Tao Lin sucede que muchos de
sus lectores ya lo conocían de perlas (o a él o a su personaje 2.0.)
antes incluso de leer sus primeras novelas, que casi inauguraron un
género: Alt Lit (con toda un área de influencia de comunidad online).
Porque no sólo graba vídeos con su Mac Pro en delirantes situaciones o
explica cuándo toma Xanax o le cambia la vida un libro, además lo
incluye en sus novelas.
4. Maris Kreizman
Esta amante de la obra de Kurt Vonnegut tituló su exitoso blog Slaughterhouse 90210 (en referencia a la novela Matadero V, pero también a la serie Sensación de vivir; más de 100.000 seguidores). En su Tumblr marida citas de clásicos (y no tan clásicos) de la literatura con pantallazos de series y películas mainstream
con resultados a menudo graciosos. Tiene seguidores, sí, aunque su
influencia tiene más que ver con su perfil profesional: responsable de
asesoramiento editorial en la plataforma de financiación colectiva
Kickstarter.
5. William Gibson
Sólo por haber escrito en 1984 Neuromante, novela fundamental en el cyberpunk,
Gibson ya podría tener una gran influencia en la red haciéndose eco de
los muchísimos comentarios diarios que esa obra genera. Pero sus 145.000
seguidores en Twitter pueden asistir día a día a cómo se maravilla con
algunos aspectos del progreso tecnológico mientras que reflexiona y
sospecha sobre otros relacionados con la conectividad a través de
internet.
6. John Green
Del mismo modo que Ikea sabe bien cómo aprovechar a sus clientes, el autor de Bajo la misma estrella
saca buen partido de la pasión de sus fans. Si se filma una película
sobre esta novela, sabe cómo capitalizar la capacidad evangelista de sus
fans: impulsará una campaña global de promoción con cientos de miles de
seguidores trabajando como voluntarios. No en vano tiene casi tres
millones de seguidores en Twitter y lleva un exitoso Tumblr también.
7. Zadie Smith
Existe otro perfil más bien extraño: los
que pasan olímpicamente de cultivar su presencia en la red y, sin
embargo, gozan de una legión de fieles seguidores. Unos 35.000 siguen a
la autora de NW London en Facebook, si bien ella no gestiona perfiles de redes sociales. Sus charlas con otros internautímidos
como el noruego Karl Ove Knäusgard (la gran mayoría de usuarios de
redes de Instagram o Facebook confiesan su día a día en internet, pero
es que él lo ha hecho milimétricamente en su saga Mi lucha, seis tomos donde explica de forma hiperrealista toda su vida) son compartidas sin cesar por los internatutas.
8. Irvine Welsh
The Sunday Times dijo en su día que era “lo mejor que le ha pasado a las letras británicas en décadas”, pero Welsh, lo más parecido a unarock star
editorial, prefiere hablar de curdas cerveceras y de fútbol en la red.
No es extraño, entonces, que sus libros sean los más robados en las
bibliotecas públicas o que, como confesó a Icon recientemente, sus fans
le deslicen droga en los bolsillos justo antes de tomar aviones. Sus más
de 132.000 seguidores en Twitter se sienten atraídos porque un autor
tan determinante en la literatura de las últimas décadas del siglo XX
hable como un colega más. Tal y como hizo con su tronchante seguimiento
del pasado Mundial de fútbol en Brasil.
9. Stephen King
Stephen King es, probablemente, el tipo
más honesto de las letras. Quizás en su espontaneidad estribe su
problema. Abrió su cuenta de Twitter hace unos meses, gestionada por él
(no sucede lo mismo con otros perfiles exitosos de estrellas como Chuck
Palahniuk), y ya cuenta con más de 464.000 seguidores. Sin embargo,
algunos critican que lance demasiados spoilers cuando comenta libros y películas.
Él se defiende, cómo no, desde Twitter y con sorna: “Sí, ahí va otro
spoiler: Romeo y Julieta mueren en el acto 15”. King está totalmente
limpio y sobrio, así que no queremos imaginar cómo serían sus redes
sociales en la época en que escribía a golpe de speed y en una caravana sus muchísimas novelas.
10. Brett Easton Ellis
Pero, claro, esto ya ha pasado. Si un
escritor ha pisado grandes archipiélagos de charcos en internet por
culpa de determinadas sustancias, ése ha sido Bret Easton Ellis, el
equivalente editorial de Charlie Sheen. Polémicas con directores de
cine, colectivos gais, todo lo que se mueve por sus ráfagas de tuits
incendiarios, que tanto levantaban la ira de mucha gente como suscitan
la clemencia de sus amigos, que se posicionaban en sus perfiles pidiendo
a la gente que no alentara esas escaladas de tuits tecleados,
presumiblemente, en estados no precisamente sobrios. A pesar de ello tiene 450.000 seguidores en Twitter, pero su presencia en la red no acaba ahí; también ofrece un programa de radio online (con invitados célebres como Kanye West y donde no se ahorra tampoco comentarios algo bocazas). El autor de American Psycho
ha llegado a decir que la gente sigue su cuenta porque piensa que es
paródica y está claro que, dada la cantidad de polémicas generadas, si
él no fuera su propio Comunity Manager ya lo habría despedido. O no.
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