El escritor húngaro vivió durante tres décadas en Barcelona donde apoyó a una nueva generación de autores
Mihály Dés, aportó con sus traducciones de latinoamericanos como García Márquez, Vargas Llosa./elperiodico.com |
Mihály Dés, periodista, crítico literario, novelista, profesor universitario, actor y promotor cultural, falleció a los 67 años el pasado jueves en Barcelona y será enterrado el domingo en Budapest, su ciudad natal a la que regresó en el 2009 después de haber vivido en la capital catalana desde mediados de los años 80.
Enamorado de la literatura latinoamericana –aprendió castellano en Cuba- fue también traductor al húngaro de García Márquez, Borges o Vargas Llosa y dejó en Barcelona una ingente labor cultural como redactor jefe en la revista literaria 'Quimera' y más tarde en la sección de Cultura de ‘El Observador’ para acabar fundando la revista ‘Lateral’, amparándose en una cita de Canetti que aseguraba que “lo decisivo es el saber torcido, lateral’.
Y aunque no eran tiempos fáciles para una revista cultural -¿cuando lo son?- mantuvo heroicamente la publicación durante 13 años y a la larga ese punto de encuentro de periodistas, editores y escritores, se convirtió en el caldo de cultivo de una nueva narrativa en castellano con nombres hoy tan reconocidos como Juan Gabriel Vásquez, Mathias Enard (hoy premio Goncourt), Jorge Carrión, Juan Trejo, Eloy Fernández Porta, Gabriela Wiener y, especialmente, Robert Juan-Cantavella, que ejercía como redactor jefe. En sus páginas se llegó a publicar textos de Jelinek o de Kertész, antes de que recibieran la luz del Nobel. Una de las primeras entrevistas con un tal Roberto Bolaño, apareció allí. La añorada revista recientemente ‘celebró’ los diez años de su cierre y en los actos de homenajes se hizo patente que Dés se enfrentaba a una terrible enfermedad.
Hace ocho años regresó a su país para dedicarse por completo a la literatura de ficción. En su apartamento de Buda escribió ‘Barroco de Budapest’ y ‘La novela gastronómica de mi madre’, dos libros que todavía no han sido traducidos, además de varias obras de teatro, una de sus grandes pasiones. Porque además de toda su brillantez, Dés era un hombre tan atractivo como un artista de cine de la vieja escuela.
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