11.2.15

La curación por los libros

Desde que se inventó la escritura, es sabido que los libros han cambiado la historia de los hombres y han preservado lo esencial de su pensamiento y su cultura a través de los tiempos

Los resultados son sorprendentes, sobre todo en el campo de las enfermedades nerviosas y de origen psicológico./elcolombiano.com
Pero ¿sirven los libros para curar las enfermedades? Los sabios de la Antigua Grecia creían que sí. Tal vez por eso en las puertas de las bibliotecas se colocaban avisos que advertían a los lectores que estaban a punto de entrar en un lugar de curación del alma.
Buscando una respuesta, los investigadores de varias universidades de Inglaterra y Estados Unidos han intentado cuantificar, en la medida de lo posible, los efectos de la lectura en personas que padecen distintas enfermedades. Los resultados son sorprendentes, sobre todo en el campo de las enfermedades nerviosas y de origen psicológico, según varias noticias divulgadas por revistas científicas, periódicos y servicios informativos tan populares como la BBC.
Una investigación de la Universidad de Sussex, en el Reino Unido, por ejemplo, demostró que leer es más eficaz para aliviar el estrés que escuchar música, ir a dar un paseo o sentarse a tomar una taza de té. La BBC reveló que el nivel de estrés de los participantes en el estudio se redujo en un 68 % a escasos seis minutos de haber empezado a leer un libro cualquiera.
Psicólogos de la New School for Social Research de Nueva York, por su parte, en un estudio realizado en 2013, hallaron que la ficción literaria aumenta de modo significativo la capacidad de leer las emociones ajenas y puede contribuir al tratamiento de algunas enfermedades mentales.
Según otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Ohio State University en 2012, el impacto de la lectura en las emociones incluso puede cambiar el comportamiento de un lector.
Otros estudios realizados por centros universitarios de investigación también demostraron que leer poesía estimula partes del cerebro relacionadas con la memoria.
Lo más sorprendente de los resultados son los que tienen que ver con la lectura de novelas. Cada vez más los estudios científicos sugieren que leer ficción es un apoyo invaluable a la hora de enfrentar los desafíos de la vida. Esto comprueba una verdad ya sabida por los lectores de novelas: que un libro no tiene que contener un sermón para dejar una huella imborrable en nuestras vidas y que toda buena novela nos cambia. Que la medicina nos cura las heridas visibles, pero la literatura nos cura las invisibles.
Estos hallazgos científicos han provocado la aparición de centros como la Escuela de la Vida, dedicados a la curación de enfermedades por medio de los libros. Este nuevo arte de curar es llamado biblioterapia. El Diccionario Médico Ilustrado Dorland’s fue el primero en reconocer en 1941 que este tratamiento es una terapia con validez científica y la definió como “el empleo de los libros y la lectura en el tratamiento de las enfermedades nerviosas”.
La Escuela de la Vida está situada en Londres y fue fundada por el filósofo Alain de Botton. Allí se ofrecen curas dirigidas para distintas enfermedades. La Escuela publicó hace dos años un bello libro titulado “La cura de la novela: Remedios literarios de la A a la Z”, escrito por dos biblioterapeutas. En él hay recetas para toda clase de males. “Las olas”, de Virginia Woolf, por ejemplo, es recomendada para la presión sanguínea alta, y “Ana Karenina”, de León Tolstoi, para aliviar el dolor de muelas.
Las cartas que los pacientes dirigen a la escuela después de las terapias son una prueba de su eficacia. Una de ellas me conmovió. Dice: “Aun cuando algunas veces los libros no logran curarnos, siempre pueden consolarnos”.

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