21.4.12

El amor y la tragedia, según Santiago Gamboa

especial filbo 2012
En Plegarias nocturnas el autor explora el amor imposible y los infiernos familiares, en una historia de dos hermanos que se buscan a través de un cónsul en Asia

Santiago Gamboa presenta HOY su última novela Plegarias nocturnas, Salón Porfirio Barba Jacob, 6:30 a 8:pm. foto.fuente:vive.in

Una tragedia separa a dos hermanos cuyo único sueño es una vida mejor, en la que puedan velar el uno por el otro. Es el hilo conductor de  Plegarias nocturnas,  la nueva novela que el colombiano Santiago Gamboa, autor de  Los impostores ,  Necrópolis  y  Perder es cuestión de método , presenta hoy, en la Feria del Libro de Bogotá. 
Comienza con un misterio: el cónsul de Colombia en la India debe atender el caso de un compatriota preso en una carcel de Bangkok, donde no hay embajada. Y sigue, pista tras pista, la historia de dos jóvenes que crecieron durante el gobierno de Álvaro Uribe, con su euforia inicial y la decepción que sobrevino en su familia, con la desaparición de uno de los dos. 
"Hay una fractura violenta entre dos generaciones -dice Gamboa-. Colombia siempre fue un país de derecha, pero nunca esa fractura fue tan fuerte. No pretendo hacer una metáfora de la sociedad colombiana, sino contar la historia de unos jóvenes que crecieron bajo una contradicción enorme con sus padres, un contexto que los transforma. 
¿Cuál fue el punto de partida?
El interés de contar una historia de amor. Una de las grandes ideas de la literatura es el amor imposible y me gustan los temas clásicos. El libro es una tragedia al estilo griego. Hay un personaje, Inter-Neta, que es una especie de blog enloquecido, que anticipa el dolor de las cosas que van pasando, a manera del coro de las tragedias griegas. 
Las discusiones políticas en esta familia son violentas...
Los infiernos que se crean en las familias era otro tema que quería abordar. Aquí, se ventilan argumentos que ofrece la realidad del país, se suman a la rabia que se ha cultivado dentro de esta familia. 
Y resulta dolorosa la imagen del padre marchando en contra de lo que ha defendido...
La historia no tiene nada que no haya podido suceder y aun así, la realidad es más dura. Creo que me quedé corto. A veces sentía que escribía con demasiada dureza, pero leía el periódico o buscaba en Internet y veía que no era nada comparado con la realidad.
Y hay un momento en que el libro va golpe tras golpe...
Y lo que separa a estos hermanos es la idea de buscar la felicidad en otra parte, es el sueño de las personas con infancias complicadas. Es lo que les pasa a estos muchachitos y los lleva a tomar decisiones tan equivocadas y crueles. En otro contexto, nunca habrían tenido que hacer nada de lo que hicieron. 
A propósito, uno de sus personajes cree que una infancia dura es el mejor camino para ser escritor...
La infancia es el momento más importante de un artista, pero no hay reglas. Lo único que podemos hacer es mirar el pasado, hacer la estadística y decir: los mejores artistas tienen tal cosa en común. Hasta ahí. Hay artistas absolutamente felices en su infancia que pasan un resto de vida infelices porque la perdieron. Vidas crueles llevan a niños a evadirse a través del arte. Es algo común, pero no obligatorio. Tuve una infancia feliz. Pero, a uno lo hacen otras cosas. Los momentos más duros de mi vida fueron cuando llegué a Paris, a vivir casi en la marginalidad. Hoy los recuerdo como el tesoro que me convirtió en escritor.

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