12.7.09

Jorge Luis Borges recala en la capital de los clásicos

Jorge Luis Borges, en Madrid en 1985.- BERNARDO PÉREZ

RAFAEL FRAGUAS
El escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) tiene desde ahora un santuario propio en el barrio de las Letras de Madrid. Precisamente, en la calle de San Pedro, 22, apenas a unos centenares de metros de donde viviera su idolatrado Francisco de Quevedo (1580-1645), a quien consideraba -como él lo fue en su mocedad- "un magnífico poeta ultraísta".
Esta humorada, con otras de pareja enjundia, cabe leerla en una de las cartas manuscritas del autor de El Aleph exhibidas en este rincón, ya borgiano, que le brinda la Alianza Hispánica, fundación comprometida en promover la personalidad artístico-literaria de un barrio excepcionalmente dotado para el despliegue de la vida cultural madrileña. Un centenar de galerías, museos e instituciones jalonan sus calles. El aura de Cervantes, de Lope, más el de Larra y también Picasso en el cercano Ateneo de la calle del Prado, parecen permanecer indemnes a la erosión del tiempo, en un barrio que cabe recorrer a pie para dejarse sorprender por la historicidad que atesora. Fue la misma que en 1920 sedujo a un jovencísimo Jorge Luis Borges y a su hermana Norah, vecinos de un hotel de la Puerta del Sol que conserva aún una placa sobre su estadía. Allí desarrollaron ambos un amor profundo por Madrid y también por la vieja metrópolis hispana, como mostró Borges en su oda España.
Libros, cartas, objetos, fotografías, señaladamente primeras ediciones o textos autografiados por el universal escritor porteño, se exponen en la fundación. Han sido acopiados durante 30 años por Alejandro Vaccaro, presidente de la Asociación Borgesiana y titular de una colección de 20.000 piezas. También han venido a Madrid Roberto Alifano, biógrafo de Borges; el laureado poeta Alejandro Guillermo Roemmers y Antonio Requeni para trenzar aquí lazos entre Buenos Aires y Madrid, con la anfitrionía de los poetas Octavio Uña, Luis A. de Cuenca y Sergio Macías. "Borges era de una tremenda timidez que comenzó a perder cuando quedó ciego a los 65 años", cuenta Roberto Alifano, uno de los mejores conocedores del pensador argentino. "Todo en él era Literatura", subraya. "Siempre se consideró discípulo del intelectual español Rafael Cansinos Assens", agrega.
El rincón de Borges muestra además pinturas de Pablo Sobisch, Lidia Buente, Pérez Irusta, Jacqueline Bonacic-Doric y Osvaldo Giuliani, en horarios de 10.30 a 14.30 y de 17.30 a 21.00.

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