30.7.16

La historia colombiana como tragedia griega

La novela póstuma de Carlos Fuentes sobre el guerrillero Carlos Pizarro se presentó en Madrid

Carlos Fuentes retratado en su casa de Ciudad Mexico en 2009. A la derecha al fondo, Silvia Lemus.

Carlos Pizarro, líder del M-19, envuelve su pistola en una bandera colombiana en el acto de entrega de armas del grupo guerrillero, en marzo de 1990.  / REUTERS/eltiempo.com


El 26 de abril de 1990 un sicario adolescente asesinó en un avión a Carlos Pizarro, de 38 años, candidato a la presidencia del Gobierno de Colombia y antiguo líder del M-19, el movimiento guerrillero que semanas antes había entregado las armas. Ese día Carlos Fuentes (1928-2012) se preguntó si un mexicano como él tendría derecho a contar la vida de un muchacho, enfermo crónico pero bien parecido –Comandante Papito le decían-, que un día se sintió impulsado a la lucha clandestina como el Aquiles de Homero se sintió arrastrado a la guerra de Troya. Fuentes se pasó dos décadas obsesionado con Pizarro pero murió sin revisar el manuscrito del libro que le había dedicado: Aquiles o El guerrillero y el asesino. Ha sido el crítico peruano Julio Ortega el encargado de fijar la versión final de una obra que el autor de Terra nostra “empezó como crónica pero terminó como novela” y que Alfaguara y Fondo de Cultura Económica acaban de coeditar.
Durante años la pregunta fue qué estaría escribiendo Fuentes sobre aquel universitario con “ojos de santo fallido, de tirano que no quiere serlo”, hijo de un almirante “empobrecido por la honradez” y de una maestra liberal que había optado por la vía violenta. Con la novela en la calle, la pregunta empezó a ser cómo sería recibido en la patria de su protagonista un libro que habla de Colombia como de “un país sin Estado” en el que los conservadores y los liberales se alternaban tradicionalmente en el poder porque la única diferencia entre ellos era la hora a la que iban a misa y en el que, en palabras de Ortega “la paz solo era parte del negocio de la guerra”. Para dar respuesta a la segunda pregunta, Silvia Lemus, viuda de Fuentes, recordó ayer en la librería Juan Rulfo de Madrid el éxito que supuso la reciente presentación de Aquiles en Bogotá, a la que asistieron tanto María José, hija menor de Pizarro, como el expresidente Belisario Betancur. Durante el mandato de Virgilio Barco  se desmovilizó el M-19. La propia Lemus señaló que solo el azar ha hecho que la novela póstuma de su marido llegue a las librerías cuando los acuerdos entre el Gobierno y las FARC son el tema del momento en Colombia.

En el acto de Madrid, entretanto, participaron el propio Julio Ortega y Hernando Valencia Villa, jurista colombiano especializado en derechos humanos. El primero habla en su prólogo del Aquiles de Fuentes como del “documento desfundacional de nuestras repúblicas” y de la historia de Pizarro como de “una parábola extrema de sacrificio y muerte, en la que se pierde la guerra para ganar la paz”. Ayer, además, apuntó que el origen de todas las naciones y el origen de la novela como género tienen algo en común: un asesinato entre hermanos, empezando por Caín y Abel. Según Ortega, Carlos Fuentes trató, sin justificarlos, de “recuperar a los carlos pizarros de Latinoamérica por sus vidas y no por sus muertes”. ¿Cómo? Dando cuenta del horror para “convocar nuestra piedad”.
Desde el Aquiles de la Ilíada, abundó Valencia, ese paso de la cólera a la compasión supone el origen de nuestra moral, el tránsito de la épica a la ética, “de la tragedia a la política”. En eso está Colombia ahora, apuntó el jurista, no buscando un régimen político sino una cultura política, una cultura que no pase por “devorarnos” sino por “litigar”. “Los colombianos”, dijo, “no tenemos los genes torcidos, pero la violencia ha arraigado en el país como procedimiento para presentar un proyecto o para defender unos intereses”. La democracia, dijo también, es justo lo contrario.

Roberto Bolaño, una contradicción en carne viva

Una decena de amigos y escritores recuerdan al autor de  2666

El poeta y escritor chileno, Roberto Bolaño, en sus años mosos./elmundo.es


Roberto Bolaño (1953-2003) colgó en su obra los desgarros de una vida poco dichosa. Su éxito llegó cuando él mismo comenzaba a desvanecerse: una contradicción más, como él mismo lo fue. El escritor y poeta chileno, hoy considerado una de las grandes voces de la literatura latinoamericana, obtuvo el reconocimiento poco antes de su muerte, con el Premio Herralde de novela (1998) y el galardón Rómulo Gallegos (1999).
Un final de desaliento, un desenlace no del todo feliz, como el que en vida arrojó a su prosa. Esta semana, una docena de personalidades literarias le han rendido homenaje al mito en el encuentro Roberto Bolaño: Estrella distante, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Fundación Chile España. A través de textos, correspondencias y la memoria de quienes le conocieron, reconstruyeron a un Bolaño de contrastes siempre fuera de lugar. Un escritor chileno que murió en Barcelona, pero que hasta en su patria se sintió extraño.
"Roberto estuvo siempre a la contra, pero no lo hacía de un modo gratuito", relata el poeta Bruno Montané, que mantuvo con él una estrecha amistad. "Él creía que la literatura era un campo de batalla como la vida misma. No un lugar de paz, como la muerte, sino de conflicto vital", resumió el coetáneo, que conoció a Bolaño en México, donde el autor de Estrella distante vivió durante ocho años hasta su traslado a Barcelona en 1977.
"Por entonces era un chico que se leía y escribía obras de teatro, ni siquiera escribía novela ni poesía", cuenta Montané, que también fue testigo de la "fogata" que Bolaño prendería más tarde para acabar con el rastro de su obra teatral: "Es muy malo, ni siquiera es representable", aseguró el autor en su día. "Fue una especie de ritual para marcar el fin de una cosa y el comienzo de otra", medita Montané.
La dureza de este gesto acompañó a su obra y a su persona. "Era capaz de hacerte sentir como una pulga en mitad del mar; un mal humor que fue remitiendo de un modo sano y extraño", recuerda su amigo de juventud, en quien se inspiró Bolaño para el personaje de Felipe Müller en la novela Los Detectives Salvajes. También fue con Montané con quien fundó el movimiento infrarrealista en su etapa mexicana, una corriente que desafiaba los patrones literarios y políticos del momento y que reivindicaba la cotidianidad desde la vanguardia.
El desafío al oficialismo se tradujo en su aversión a los críticos. "No le interesaba la interpretación especializada, lo que le gustaba era la literatura viva, el proceso de escribir", cuenta Wilfrido H. Corral, Profesor de Literatura Latinoamericana de la Universidad chilena de Playa Ancha. "Hay quienes le llaman 'autodidacta' para desautorizarlo, pero no se dan cuenta de que la formación no siempre tiene que ver con la escritura. Es subestimar su capacidad para interpretar la vida", destaca Corral.
La violencia y la crudeza son el mar de fondo en la obra de Bolaño. "Lo horrible es que la violencia es latente, está contenida hasta que estalla", observa Dunia Gras Miravet, amiga de Bolaño y profesora de la Universidad de Barcelona del área de Literatura Latinoamericana.
El conflicto que rodea a su obra también pobló su existencia; una suerte de supervivencia diurna, con trabajos como el de vigilante de seguridad o vendedor de bisutería. Los galardones que ganaba eran bautizados por él mismo como "premios bisonte, con los que sobrevivía la larga travesía del invierno", detalla Gras. Su lucha diaria contrastaba con las noches de desvelo y de entrega a la lectura. "La tranquilidad de la noche fue su única droga; disfrutaba de ese tiempo apacible y definitivo que daba la noche", cuenta Montané.
A esta quietud, que dio nombre a Nocturno de Chile, una de sus obras más traducidas, se unía su aislamiento social, que el mismo Bolaño narra en Llamadas telefónicas, donde describe su primera época en Gerona: "En aquella época yo tenía veintitantos años y era más pobre que una rata. (...) Casi no tenía amigos y lo único que hacía era escribir y dar largos paseos que comenzaban a las siete de la tarde, tras despertar".
El aislamiento y la nocturnidad, además de su peculiar carácter, le forjaron la imagen de un autor maldito. Una percepción que se hizo mito con su muerte temprana, a los 50 años, por unas causas que profundizan la leyenda: "Murió de una enfermedad hepática, diagnosticada en 1992", explica Gras, que quiere desmontar una de las fábulas que envuelven al escritor chileno: "Esta enfermedad se relaciona con el alcohol y los excesos, pero nada más lejos: Roberto bebía manzanilla, pero no la de jerez, sino la infusión".
La dulcificación final de Bolaño tuvo un punto de inflexión: el nacimiento de su primer hijo y el diagnóstico de su enfermedad. El escritor, hasta entonces centrado en la poesía, decide dedicarse a la novela para dejar un legado económico a su familia. Así, dejó 2666, publicada después de su muerte y una de las más novelas reconocidas del autor. Entre las obras inéditas, destaca El espíritu de la ciencia ficción, que verá la luz el próximo otoño.
La enfermedad, además de ser el detonante de viraje literario, fue una constante en su vida. "Él contaba que desde niño tuvo una salud frágil", cuenta la escritora y traductora Menchu Gutiérrez, que define la poesía como "su tabla de salvación" ante la enfermedad que le permitía "la reflexión del tiempo que caduca, de un tiempo efímero". Una poesía que invadió también la narrativa, donde "unas veces ponía las vísceras encima de la mesa, y otras cargaba la pluma con formol". La antítesis que describe a la vez al autor y a su obra, en un viaje en que Bolaño quiso emparejar ficción y realidad para cumplir sus máximas, ahora revividas la poeta que le guarda homenaje: "Él decía que, en la literatura contemporánea, aunque se equivocara, tenía que emprender siempre grandes aventuras".

Dada, el pandemonium total

 El dadaísmo había surgido para bailar sobre la tumba de la cultura burguesa, “una misa de réquiem de la clase más procaz”

A la izquierda: Retrato de Sophie Taeuber con su cabeza Dada. A la derecha Un corta y pega impreso en papel con tinta. Dadaglobe sumisión. 

Cuenta la leyenda que el poeta rumano Tristan Tzara escogió al azar la palabra “Dada” de un diccionario alemán-francés. Según testimonio de algunos oficiantes del acto, “un abrecartas se deslizó fortuitamente entre las páginas del Larousse”. La frase del matemático y filósofo racionalista René Descartes, “No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otros hombres” fue cabecera de una de las primeras publicaciones de este movimiento artístico que nació un frío día de febrero de 1916, en el Cabaret Voltaire de Zúrich (el nombre del autor de Cándido era un ataque contra los idiotas de la época). El dadaísmo había surgido para bailar sobre la tumba de la cultura burguesa, “una misa de réquiem de la clase más procaz”, advertía el pacifista y performer Hugo Ball. Sus integrantes eran poetas y estudiantes de arquitectura y filosofía que no creían en la política en el sentido específico del término.
A principios de los años veinte, Dada se había extinguido oficialmente o había sido subsumido de diferentes maneras, primero en el Surrealismo francés y en la Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad) alemana; después como la corriente antiartística, antiliteraria y antibelicista más longeva de la era moderna (Tzara había pronosticado que se propagaría por todo el mundo como un “microbio virgen”), el primer movimiento global y el que añadió un elemento al arte que hasta entonces no existía: el colectivo.

Han pasado cien años, las potentes Francia y Alemania -y no digamos la neutral Suiza, con sus banqueros corruptos- siguen echando madera al vagón precintado Dada, pues en efecto, París, Berlín y Zúrich son las capitales europeas que mejor sitúan a sus artistas en subastas, ferias de arte y museos. ¿Es posible que el sueño de la razón, el buen sentido de los más fuertes y las leyes capitalistas que apoyan todo tipo de carnicerías “civilizadas” sigan produciendo y alimentando a artistas siempre dispuestos a soldar la fractura entre arte y vida, pues no hay duda de que éste era, y sigue siendo, el significado más auténtico de Dada?
Una exposición en el MoMA saca a la luz los dibujos, fotografías y documentos, la mayoría inéditos, que formaron el Dadaglobe, una antología impulsada por Tristan Tzara en 1920 y que nunca llegó a publicarse, pues Francis Picabia rompió con él un año después y las obras se dispersaron. Tzara había enviado cartas a los integrantes del movimiento a ambos lados del Atlántico solicitando colaboraciones (cualquier cosa podía ser una obra de arte) con el propósito de editar una monografía de 180 páginas con una tirada de 10.000 ejemplares: “Enseñemos el nuevo arte en un circo al aire libre. Cada página debe ser una explosión”, pedía el poeta en sus cartas de invitación. ”Dadaglobe Reconstructed” muestra el dadaísmo como el fenómeno cultural más disruptivo, viral e influyente del siglo XX. Un pandemonium total. No es la primera vez que el museo neoyorquino aborda la influencia de este movimiento iconoclasta en la creación del siglo XX. En 1936, cuando el movimiento parecía ya olvidado, se inauguró “Arte fantástico, Dada, Surrealismo”, revisitada en el mismo museo en 1968, año de la muerte de Duchamp, como “Dada, el Surrealismo y su legado”; o la penúltima, “Dada Blowout” (2006) que dividía los experimentos dada por ciudades: Zúrich, Nueva York, París, Berlín, Hannover y Colonia.
Las revistas y manifiestos fueron el vehículo predilecto para difundir el virus nihilista. Se editaron hasta una docena. A la primera, Dada, editada en 1917 en Zúrich, le siguieron Dadaco y sus hermanas americanas Ridgefield Gazook y New York Dada de Man Ray y Marcel Duchamp, y 391 dirigida por Francis Picabia en Barcelona. En Francia, La Nouvelle Revue Française publicó un texto de André Gide donde el escritor afirmaba que en el futuro “nada estaría a la altura de Dada. Estas dos sílabas -escribe- han logrado esa inanidad sonora, una absoluta falta de sentido”.
Dada convirtió las principales tendencias artísticas ya inauguradas enfabricaciones -y no objetos- anticubistas, antifuturistas y antiabstraccionistas. Para los dadaístas, lo importante era el procedimiento, la arbitrariedad, el uso de materiales inmundos y mostrencos. Una de las técnicas que mejor lo describe es el fotomontaje, cuya invención se atribuye a Raoul Hausmann, aunque John Hartfield ya se había anticipado cuando, en 1914, queriendo burlar la censura en el frente de guerra, enviaba extrañas postales compuestas de recortes de periódicos y revistas. También los Merz de Kurt Schwitters son todavía hoy un prototipo para exposiciones en galerías y museos en las que la obra se integra en un entorno total.
Prácticamente todas las corrientes artísticas de la segunda mitad del siglo XX son deudoras del mouvement dada: Fluxus en Nueva York, Gutaï en Japón, losNouveaux Réalistes en París, las composiciones de John Cage, las enseñanzas de Beuys, los assemblages de Rauschenberg, el Pop Art de Jaspers Johns y Andy Warhol, el arte-basura (Daniel Spoerri), los happenings, el accionismo, el povera, los grafittis de Basquiat-SAMO, el punk, Groucho Marx, los Monty Python... En música, su hermano gemelo, el jazz, impactó por primera vez durante la Gran Guerra para después hacer rugir los años veinte. En cierta ocasión, David Bowie exclamó con relación al impacto dadaísta: “Todo es basura y la basura es maravillosa”. Pero nadie como John Lennon y su canción “God” para simbolizar esa particular revuelta de los no creyentes contra los descreídos: “No creo en la magia, no creo en reyes, ni en Kennedy, ni en Jesús, ni en Buda ni en Elvis. No creo en los Beatles. Sólo creo en mí. En Yoko y en mí”. Fin del sueño.

Gay Talese desautoriza su último libro por la falta de credibilidad de su fuente

El periodista no confía en su fuente, Gerald Foos, el dueño de un motel en Colorado que espiaba a sus huéspedes. Una investigación del Washington Post revela que Foos no poseía el motel entre 1980 y 1988

El periodista y escritor Gay Talese. /elmundo.es

El motel voyeur, la extraña historia de Gerald Foos, un dueño de un motel en Colorado que había espiado a sus huéspedes de 1960 hasta mediados de la década de 1990, no será promocionado por su autor, Gay Talese.Así lo ha confirmado este jueves el diario The Washingtton Post, que recoge algunas declaraciones del escritor y periodista. "Yo no voy a promocionar mi libro. ¿Cómo voy a promocionarlo si su credibilidad acaba de quedar en la basura?", ha dicho al periódico estadounidense.
"Gerald Foos no es de fiar. Es un hombre deshonesto, totalmente deshonesto", añade. "No debería haber creído una palabra de lo que dijo", ha asegurado el autor después de que el Washington Post le informara de que los registros de propiedad mostraban que Foos no poseía el motel entre 1980 y 1988, ya que lo vendió a Earl y Pamela Ballard, una pareja local.
En el libro se describen una gran variedad de encuentros íntimos entre sus invitados, que eran conscientes de que Foos los observaba desde arriba a través de rejillas de ventilación, y si bien la gran mayoría de los eventos descritos en la obra se produjo en la década de 1970, Talese hace referencia a los incidentes que habrían tenido lugar en la década de 1980, periodo en el que Foos no poseía el motel."Hice lo que pude en este libro, pero puede que no fuera lo suficiente", ha confesado Talese. Por su parte, Foos asegura decir la verdad. "Puedo jurar y decir de manera inequívoca y sin recurso que nunca le he dicho a propósito una mentira", ha dicho. "Todo lo que dije en ese libro es la verdad."
Algunos momentos que aparecen en la obra ya han sido cuestionados, en particular un incidente del que Foos dijo haber sido testigo en 1977. Según el dueño del motel, vio a un hombre estrangular a una mujer, y aunque posteriormente lo confesó a la policía, no reveló que era un testigo ocular. El libro también hace referencia de manera muy fugaz a otro homicidio sin resolver en 1984 de un hombre llamado James Craig Broughman, al parecer por un intruso.
Con las indagaciones del Post llegaron a la conclusión de que Foos no tenía tampoco acceso a las habitaciones desde las que espiaba y de que el nuevo dueño, Ballard, además, había reformado el techo desde el que supuestamente miraba.
El libro, que será publicado el próximo 12 de julio, atrajo la atención mediática desde que el New Yorker publicara un fragmento de la obra. Tanto que el productor y director Steven Spielberg ha comprado los derechos cinematográficosdel libro, dice el Post. Junto con Sam Mendes, planearían crear una película de Talese y la historia de Foos.

Talese: "Necesitamos de más periodistas que desconfíen del poder"

15.7.16

Alfaguara publicará dos inéditos de Roberto Bolaño

Del traspaso editorial circulaban algunos rumores, y Alfaguara, el sello del gigante Penguin Random House (PRH), los confirmó en un comunicado oficial
Un fotógrafo recopia fotos de Roberto Bolaño en una exposiciòn en su homenaje./La Naciòn.
 
Aún no se conocen detalles del acuerdo, pero se presupone una operación importante, en cuanto a cantidad de ceros. Alfaguara se queda con la totalidad de la obra del Roberto Bolaño, incluidos los centenares de libretas y mecanoscritos inéditos del llamado Archivo Bolaño. Incluso anuncia para noviembre próximo, en el marco de la FIL de Guadalajara, el lanzamiento de dos nuevos inéditos que vienen a engrosar su obra póstuma, la novela primeriza El espíritu de la ciencia ficción y un libro de relatos todavía sin título.
Del traspaso editorial circulaban algunos rumores, y ayer Alfaguara, el sello del gigante Penguin Random House (PRH), los confirmó en un comunicado oficial. Y quien está detrás de esa abultada operación es el temible "Chacal", Andrew Wylie, el agente literario más importante del mundo, en representación de los herederos, la viuda, Carolina López, y los hijos de Bolaño. Una ironía póstuma para el autor de Estrella distante, fallecido en 2003, que en vida se negó a tener agente literario, y cuya obra pasó a manos de la legendaria Carmen Balcells primero y de "El Chacal", a partir de 2008.
Lo cierto es que la novedad tiene dos caras. Es una pésima noticia para Jorge Herralde, el editor de Anagrama, la casa editorial del chileno de toda la vida, que pierde definitivamente a Bolaño de su catálogo. Y es una excelente noticia para los fans del autor de Los detectives salvajes porque el sello de PRH recuperará toda su obra en bolsillo -21 títulos, incluida su poesía y la novela a cuatro manos con A. G. Porta Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (1984), estos últimos hasta ahora en poder de editorial Acantilado- e incluso la publicará por primera vez en formato digital.
De la sonada novela póstuma El espíritu de la ciencia ficción poco se sabe; solo que está ambientada en México y fue escrita, por referencias en su correspondencia, a comienzos de los 80. Y también que una sección de ese manuscrito, "Manifiesto mexicano", fue incluido en la edición de La universidad desconocida. Otro tanto cabría decir de los cuentos anunciados. Pero una cosa es segura: no serán los últimos ni los únicos inéditos póstumos del chileno en esta segunda vida editorial en Alfaguara, porque la exposición Archivo Bolaño, 1977-2003 del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 2014 descubría más de 80 libretas y cerca de 40.000 páginas, entre originales y formato electrónico, entre las que se cuentan, además de la novela anunciada, otras tres primerizas. ¿Qué es publicable y qué no de todo ese ingente material? Sólo el temible "Chacal" Andrew Wylie y quizá su viuda lo sepan, y tengan la última palabra.

Seis (+ 1) razones por las que Roberto Bolaño es más divertido que ver televisión

El escritor chileno es noticia ya que Alfaguara le quitó a la editorial Anagrama el privilegio de publicar sus libros. Nosotros, nos dedicamos a recopilar las razones por las que Bolaño promete más diversión que cualquier serie de televisión, incluyendo House of cards.

 
Roberto Bolaño. Santiago de Chile, 28 de abril de 1953-Barcelona, 15 de julio de 2003./Univision

1. Bolaño usaba los libros como almohada
La figura de los escritores siempre ha estado asociada con personajes aburridos y estrictos, que creen que rayar los libros o dormirse leyendo es un pecado mortal. Pero Bolaño no era así, de hecho, a la revista Playboy México le dijo que “un libro es la mejor almohada que existe”. Y continuó: “…me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza”. Y también arremete contra la escritura y dice que, a pesar de que no le aburre escribir, conoce ocupaciones más divertidas: “ser atracador de bancos, por ejemplo. O director de cine. O gigoló. O ser niño otra vez y jugar en un equipo de fútbol más o menos apocalíptico. Desafortunadamente el niño crece, al atracador lo matan, el director se queda sin dinero y el gigoló enferma”.
2. Bolaño tiene zombis
Si usted es fan de The walking dead, entonces Roberto Bolaño tiene algo para usted. “El hijo del coronel” es un cuento en que el narrador cuenta que se siente identificado con una película de zombis, en la que una chica es mordida por un zombi, su novio trata de salvarla y, a su vez, el papá de él también intenta hacerlo. Bolaño se inspiró en la película Return of the living dead III para escribirlo.
3. Bolaño tiene blowjobs
Y muchos. “En el silencio del piso solo se escuchaba el chasquido de su lengua, la saliva que envolvía mi verga, sus dientes entre mis venas, su paladar rosado. ¡Su paladar rosado!”. Eso ocurre en Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce. “Ella tenía mi verga en su boca, pero no apretándola, no chupándola, sino solo acariciándola con la punta de la lengua. La tenía como una pistola dentro de su funda. ¿Ves la diferencia?”, comentan en Los detectives salvajes sobre los blowjobs de María Font.
4. Bolaño sabe qué es tener sexo sin ganas
“Por la noche X lo invita a compartir su cama. B en el fondo no tiene ganas de acostarse con X, pero acepta. Por la mañana, al despertar, B está enamorado otra vez. ¿Pero está enamorado de X o está enamorado de la idea de estar enamorado?”. Eso ocurre en el libro Llamadas telefónicas.
5. Bolaño sabe hacerse el tonto
Nos lo explica muy bien en Los detectives salvajes: “23 de diciembre. Hoy no pasó nada. Y si pasó algo es mejor callarlo, pues no lo entendí”.
6. Bolaño amaba los sábados
“Me subo a la moto y atravieso las calles en donde gente más extraña que tú y que yo se prepara para pasar un sábado divertido, un sábado a la altura de sus expectativas, es decir un sábado triste y que no llegará jamás a encarnarse en lo que fue soñado, planeado con minuciosidad, un sábado como cualquier otro, es decir un sábado peleón y agradecido, bajito de estatura y amable, vicioso y triste”. En el cuento “Putas asesinas”, en el libro del mismo nombre.
7. Bolaño sabe decir mentiras
“Me siento como Pinocho”, dijo al recibir el Premio Rómulo Gallegos. 

8.7.16

Consejos realistas del sabio italiano Umberto Eco

Siete consejos para escritores noveles o aspirantes ambiciosos al futuro Nobel


El recientemente fallecido Umberto Eco fue uno de los grandes sabios de nuestra época, uno de los hombres más leídos y a la vez uno de los escritores con mayor amplitud y alcance. Verdaderamente un hombre de letras (novelista, ensayista, historiador, lingüista), los consejos para jóvenes escritores de Eco son una destilación de décadas de trabajo y sentido común. No esperes aquí nada radical, simplemente una valiosa y realista síntesis que ciertamente no te hará mal escuchar otra vez y confirmar de una vez por todas.
A continuación una lista de las respuestas que Eco dio a una compañía de medios danesa, The Louisiana Channel, que encontramos en el siempre relevante Open Culture. Consejos para escritores, no para irreprimibles artistas:
1. No te creas un artista.
2. No te tomes demasiado en serio.
3. No te creas inspirado (la genialidad es 10% inspiración y 90% transpiración).
4. No pierdas el placer de tardarte varios años en completar un libro.
5. No publiques inmediatamente en tu juventud.  
6. No puedes ser un general sin antes pasar por ser un soldado raso, un teniente, etc.: ve paso a paso.
7. No busques ganar premios, puesto que esto mata toda carrera literaria.
fuente:pijamasurf.com

Una pausa muy larga...

A manera de explicación no pedida...

Escribir sin inspiración y sólo bajo la imaginación.

La pausa se dio porque hubo una serie de factores negativos que involucraron desde el daño de mi herramienta de trabajo: el portátil, como la ausencia de un trabajo estable, que derivó en sanción de la conectividad por no pagar el servicio. Otro factor fue buscar un verdadero descanso, una especie de año sabático que nadie me pagó.
Hoy, días más, días menos continúo con el blog para alegría de muchísimos seguidores.
A ellos y por ellos sigo adelante con toda la información literaria, espaciada a actualizarse los viernes, por ahora...
Gracias por saber esperarme.
Marcelo Del Castillo