18.2.08

CUANDO ESCRIBIR ES VIVIR




Luis José Sampedro

“Sometido ya al tema empieza la fase inicial de su desarrollo, en la cual, aun sin tener claras las peripecias, me concentro en recoger cuantos datos y elementos puedan aportar algo al relato. Equivale esta tarea a la que los albañiles llaman “llevar el material a pie de obra”. Después de todo, ¿qué es el escritor sino un albañil de sueños un constructor de castillos en aire con sillares de palabras? Los materiales pueden hallarse en cualquier parte. Los proporciona la gente alrededor, las lecturas, los cuadros, los espectáculos y por supuesto, el propio mundo interior. Todo puede valer, tanto más cuanto que el novelista, sensibilizado como está por su obsesión descubre posibilidades en materiales que, sin ese estado de ánimo le hubieran pasado inadvertidos; tiempo habrá después para rechazar lo sobrante. “Yo no busco; encuentro”, afirmaba Picasso, y algo parecido sucede en esa recolleción afanosa, movida por insaciable curiosidad. Poco a poco, el material va creciendo porque unos datos nos llevan a otros y porque la imaginación, excitada por los hallazgos, no deja de funcionar inventando episodios y personajes, provocadores de nuevos datos”

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