UN ESTUDIANTE DE SECUNDARIA demandó a Amazon.com Inc. por borrar un libro electrónico que adquirió para el dispositivo de lectura Kindle, argumentando que sus notas electrónicas desaparecieron con el texto.
El director ejecutivo de Amazon, Jeffrey P. Bezos, se ha disculpado con los clientes de Kindle por haber eliminado remotamente de sus aparatos ejemplares de las novelas de George Orwell 1984 y Rebelión en la granja. La compañía lo hizo tras enterarse que las ediciones electrónicas fueron pirateadas, y les dio a los compradores un reembolso automático. Pero Amazon lo hizo sin previo aviso.
El director ejecutivo de Amazon, Jeffrey P. Bezos, se ha disculpado con los clientes de Kindle por haber eliminado remotamente de sus aparatos ejemplares de las novelas de George Orwell 1984 y Rebelión en la granja. La compañía lo hizo tras enterarse que las ediciones electrónicas fueron pirateadas, y les dio a los compradores un reembolso automático. Pero Amazon lo hizo sin previo aviso.
La demanda, que busca convertirse en colectiva, fue presentada el jueves en un Tribunal Federal de Distrito en Seattle en nombre de Justin D. Gawronski, de 17 años, un estudiante de la Escuela Secundaria Eisenhower en Shelby Township, Michigan, así como de Antoine J. Bruguier, un lector adulto en Milpitas, California. Patty Smith, una vocera de Amazon, dijo que la compañía con sede en Seattle estaba al tanto de la querella pero que no suele comentar sobre litigios pendientes. El caso busca una compensación por daños no especificada para todos los compradores de libros electrónicos que Amazon borró de sus Kindle así como una prohibición sobre futuras supresiones.
La demanda dice que Amazon nunca le reveló a sus clientes que "poseía la capacidad tecnológica o el derecho de borrar remotamente contenido digital adquirido a través de la Tienda Kindle". Bruguier se quejó con Amazon en repetidas ocasiones tras perder su copia de "1984", y apeló en vano para que le restauren la edición, u otra autorizada, a su Kindle, según la demanda.
"Pensé que una vez comprados, los libros eran míos", escribió. Gawronski le explicó a la agencia AP que en la escuela le mandaron como tarea que leyera 1984 y entregara "reflexiones" sobre cada 100 páginas del texto al regresar de las vacaciones de verano, para después presentar un examen. Iba casi por la mitad cuando el libro desapareció de su Kindle.
Sus apuntes "resultaron inútiles porque ya no hacían referencia a las partes relevantes del libro", según la demanda.
Jay Edelson, un abogado de Chicago que presentó la querella, dijo en un comunicado de prensa que las acciones de Amazon podrían tener consecuencias aún mayores. "Amazon.com no tenía más derecho de hackear los Kindles de la gente que sus clientes de hackear las cuentas bancarias de Amazon para recuperar un pago de más equivocado", señaló Edelson."Las compañías tecnológicas sienten que porque tienen la capacidad de accesar la propiedad personal de la gente, tienen el derecho de hacerlo. Eso es 100% contrario a las leyes de este país".
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