13.4.10

Las nuevas caras de Alicia

Varias ediciones ilustradas del clásico de Lewis Carroll arropan el estreno del filme de Tim Burton. Una traducción moderna de Alicia en el país de las maravillas y libros del autor enriquecen la oferta


El país de las maravillas, visto por Peter Kuper. fOTO: PETER KUPER / SEXTO PISO.fUENTE:elperiodico.com

"Ya se lo preguntaba la propia Alicia, sentada a la orilla del río, cuando se fijó en que el libro que leía su hermana no tenía ni dibujos ni diálogos. «Y ¿de qué sirve un libro si no tiene dibujos o diálogos?». Así empieza Alicia en el país de las maravillas, el clásico que Lewis Carroll publicó en 1865 y que ahora, casi un siglo y medio después, Tim Burton reinventa en la gran pantalla con una Alicia algo más crecidita que la original. El sector editorial, coincidiendo con el esperado estreno de la película en España, este viernes, parece haberse tomado en serio el interrogante de la protagonista volcándose en nuevas ediciones ilustradas, además de reediciones con los dibujos originales, ya canónicos, que Carroll le pidió al británico John Tenniel.
Los fieles a sus trazos los hallarán en Alicia anotada (Akal), obra de referencia con textos de Martin Gardner, en Alianza (en estuche de bolsillo, con A través del espejo), Debolsillo o Quaderns Crema, que edita en catalán A través de l'espill. Desde el siglo XIX, muchos han dado su versión de Alicia. Marta Gómez-Pintado, que aceptó ilustrar la cuidada edición de Nórdica (también en formato mini) mucho antes de conocer el proyecto de Burton, era consciente del reto. «Es un personaje que tiene unas imágenes muy reconocibles, como las de Tenniel o la de la peli de Disney, y de entrada te acobardas, pero cuando me lancé evité basarme en ninguna de ellas», explica la ilustradora, que ha utilizado los tonos sepia y el efecto témpera. Según Diego Moreno, editor de Nórdica, «se trataba de huir de la versión infantil». Algo que contrasta con alguna edición destinada a los jóvenes lectores, como la de Anaya, con coloreados dibujos de Tony Ross.
Lo que más choca a Gómez-Pintado de la Alicia de Burton es que sea una joven de 19 años (que vuelve al país de las maravillas para huir de un compromiso matrimonial). «Creo que es importante mostrar que es una niña de 8 o 9 años», afirma.
Para Teresa Duran, especialista en literatura infantil y juvenil, Burton es un «gran renovador de géneros con instinto propio e hiperbólico capaz de crear un icono propio de Alicia». El márketing ayuda: Disney publica la novelización del filme, La guía esencial y la novela gráfica.
«El libro ilustrado –añade Duran– es como un escenario de teatro donde cada dibujante puede ser capaz de crear cosas que no se olvidan con puestas en escena diversas». Tan distintas como la fiel adaptación en cómic, llegada de Francia, que propone Glénat, con guión de David Chauvel e ilustraciones de Xavier Collette, que pinta a una dulce Alicia; o la original e irreverente novela gráfica de Bryan Talbot Alicia en Sunderland (Reservoir Books), en la que el británico despliega su ácida visión de la historia y la monarquía de su país a través de unos relatos sobre Carroll y Alice Liddell. Ella fue la niña culpable de que un cuento improvisado una tarde de verano de 1862 durante un paseo por el Támesis se convirtiera primero en libro y luego en clásico.

FIEL AL ESPÍRITU
Por su parte, Sexto Piso presenta un proyecto iniciado también hace un par de años: un lujoso, y goloso, volumen, diseñado e ilustrado por el estadounidense Peter Kuper, con páginas apergaminadas y cubiertas de tela. En él, una Alicia algo caricaturesca habla con el gato de Cheshire o el Conejo blanco gracias a una nueva y moderna traducción, fiel al espíritu del texto, de Teresa y Andrés Barba, con prólogo de este y una miscelánea con textos de Carroll y del hijo de Liddell.
«La mayoría de traducciones son de hace muchos años», explica Santiago Tobón, de Sexto Piso, y por ello se la propusieron a Barba, que sabe que traducir Alicia es «una carrera de obstáculos; cada tres líneas uno se encuentra con un juego de palabras». Los que tanto gustaban a Carroll y que tan difíciles son de trasladar al lector no británico y de otra época. Alicia ha entrado en el siglo XXI.

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