La obra del nuevo Nobel de Literatura refleja un mundo en el que se mezclan las culturas y las lenguas, sin idealizar el pasado precolonial de África
Abdulrazak Gurnarh, Premio Nobel de literatura, 2021. elpais.com
Al leer a Abdulrazak
Gurnah por
primera vez, le asalta al lector la sorpresa de conocer cuán cosmopolita ha
sido la costa oriental del continente africano. En las páginas del nuevo
ganador del Premio Nobel de literatura, comerciantes persas e indios conviven
con tanzanos y sultanes omaníes, revelando la nutrida red de intercambio
cultural, social y material que existió entre África, Oriente Próximo y Asia
antes de la irrupción del colonialismo europeo. Este cosmopolitismo ha sido la
espina dorsal del Océano Índico en general y de la isla de Zanzíbar en
particular, una región semiautónoma de Tanzania –y lugar de
origen del escritor – que ha sido testigo milenario de las relaciones
afroasiáticas.
La experiencia
migratoria —ya sea de carácter libre o forzado— es el eje de gran parte de la
obra del tanzano. El propio autor llegó como refugiado al Reino Unido —país en
el que reside actualmente— después de que la Revolución de Zanzíbar derrocara
el régimen del Sultán Jamshid bin Abdullah Al Said y provocara una feroz
represión contra la población de origen árabe y asiático en la isla. Este es el
contexto histórico que articula la novela By the Sea (2001) (En
la orilla, editorial Poliedro). Cuando el protagonista de la narración, el
zanzibarí Saleh Omar, llega a Londres solicitando asilo, solo trae consigo una
pequeña caja con incienso. El origen de ese objeto es el punto de partida de
una historia familiar que transciende naciones, culturas y continentes y que
desafía el rígido binarismo entre ‘origen’ y ‘destino’ que normalmente
caracteriza las historias sobre migración y los efectos del colonialismo.
Las narraciones de
Gurnah habitan espacios transculturales y multilingües que parecen difuminar
las fronteras entre el ‘yo’ y el ‘otro’, el ‘nativo’ y el ‘extranjero’. Los
personajes de By the Sea (2001) o Desertion (2006),
por ejemplo, navegan con fluidez entre el inglés, el swahili, el árabe o el
gujarati. Son personajes que parecen desafiar el concepto de ‘origen’ o incluso
la propia categoría de ‘nación’ y que encuentran en el hibridismo y la
multiculturalidad un motivo de celebración y empoderamiento. Sin embargo,
Gurnah no se deja seducir por la tentadora idea de una África pre-colonial
idílica. Su obra también se adentra en las sombras del continente africano,
como es el caso de su obra más célebre, Paradise (1994) (Paraíso,
editorial El Aleph), nominada al Booker Prize y que relata el comercio de
esclavos que ya existía en África en la época precolonial.
La concesión del
Premio Nobel a Abdulrazah Gurnah es una oportunidad para (re)descubrir a un
autor que no solamente ha sabido captar las contradicciones de la experiencia
migratoria y las identidades híbridas, sino que también nos permite reimaginar
un continente africano próspero, multicultural, multilingüe, con sus luces y
con sus sombras, pero que no necesitó del tutelaje de Europa para abrirse al
mundo.
Juan-José
Martín González es doctor en literatura inglesa por la Universidad de
Málaga, donde trabaja como profesor e investigador. Su área de investigación se
centra en la literatura marítima y los estudios de migración
No hay comentarios:
Publicar un comentario