24.1.09

NOTA ATEMPORAL SOBRE EL TALLER DE NOVELA...


Del Castillo Encantado. dijo...Le quedó corta la evaluación del taller. Yo acudí por empezar a acabar con esa angustia empozada en mi de cómo desbloquearme con el fin de romper “mi encallamiento”, que en una palabra salida de labios y que conoce muy bien Nahum era “encoñamiento”. Y si todos recuerdan, que los puse en situación; como a actores en una puesta en escena, pues quien llegaba tan arrogante y pagado de sí mismo, no era ningún caribonito galán ni tampoco alguien que fuera recomendado por otro. Sé que sobre mi persona, se hizo inteligencia y burla de la mala, pues no era “normal” que un madurito acudiera a un taller cuando ya debía venir de regreso. Y para muchos, de ultratumba. Y como dijo un presidente en apuros: aquí estoy, y aquí me quedo. Y seguí. Y como se trataba de estar y animar un taller de la literatura, me dio mucho placer llegar en cada sesión, con mi rimero de extractos de otros oficiantes ya reconocidos en la novela como de materiales memorísticos con tantas y avasalladoras informaciones inútiles. En el fondo, la tarea fue lúdica y divertida siempre. Ahora si se trata de evaluar que aprendí: saber oír al otro en la mayor diversidad que constituimos todos los aprendices de novelistas. Que si nos lo proponemos cada uno, en re-crear nuestro cotidiano y arañar una particular concepción del mundo, puede salir, óigase bien: si queremos podemos alcanzar con el uso de la paciencia, una lucidez de esplendor; bajo una divisa fundamental: escribir sin inspiración y sólo bajo la imaginación, terminando cada uno su novela, para volver a vernos las caras radiantes por los flashes, pletóricas del manido éxito, o de la mentada fama; como tantas otras veces lo pregonan por ahí, pero con libros e impresos. Eso mismo: nuestros textos propios, exhibidos en las vitrinas de novedades en las librerías y tirados en el piso de una calle de un tenderete de los piratas con el orgullo henchido de que somos novelistas. Pero para ello me recuerdo siempre que “No me preocupa el ser conocido. De lo que trato es de hacerme digno de ser conocido” según Confucio, y esto con Una Obra Que Tengo En Marcha. El resto es Ni Un Día Sin Una Línea. Gracias por invocarme junto a mi padre literario, Rubem Fonseca. Y regreso menos solo a mi más ruidosa soledad que está atravesada en el corazón de toda vida. Salud.


para ver mas: http://www.elcuadernodesamuel.blogspot.com/

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